Explorando la conexión entre “Dune” y el resurgir de los psicodélicos en la cultura contemporánea

En el amanecer de una nueva era para los psicodélicos, marcada por un renovado interés y la exploración de sus beneficios terapéuticos, el Dr. H. Steven Moffic anticipa lo que él denomina la tercera venida de estos compuestos. Esta perspectiva no solo arroja luz sobre el potencial clínico de los psicodélicos sino que también invita a reflexionar sobre su representación y significado en obras de ciencia ficción, particularmente en “Dune”, la icónica novela publicada en 1965 por Frank Herbert.

“Dune” emergió en un momento donde el uso y abuso de psicodélicos alcanzaba su punto más alto en Estados Unidos, coincidiendo con la primera ola de popularidad de estas sustancias. Este período fue seguido por una prohibición federal en 1970, marcando el inicio de un largo hiato en su investigación y uso público. Sin embargo, recientes avances han llevado a lo que se podría considerar su segunda venida, evidenciada por el resurgimiento de la investigación y aplicación de psicodélicos en el tratamiento de condiciones como la depresión resistente al tratamiento, la ansiedad, el trauma, la soledad, la adicción a opiáceos y las lesiones cerebrales traumáticas.

Más allá de su potencial terapéutico, los psicodélicos han sido parte integral de las prácticas indígenas a lo largo de milenios. La “Teoría del Mono Ebrio” sugiere que el consumo regular de psilocibina pudo haber catalizado una evolución acelerada del cerebro humano. La ketamina, con propiedades psicodélicas, ha sido accesible gracias a su aprobación previa como anestésico por la FDA, mostrando potencial para tratar la depresión de manera rápida.

El desafío radica en la regulación y monitoreo de estas sustancias tras recibir la aprobación de la FDA, en un intento por evitar el uso clandestino y garantizar la seguridad de los pacientes. La situación actual de las clínicas de ketamina, descritas como el “lejano oeste” por la falta de consentimiento informado y regulaciones adecuadas, resalta la necesidad de una guía clara y el cumplimiento de las directrices establecidas por la Asociación Americana de Psiquiatría.

Al proyectarnos imaginariamente 10,000 años en el futuro para explorar “Dune: Parte Dos”, nos encontramos en medio de la tercera venida de los psicodélicos, con el uso generalizado de una sustancia altamente adictiva y potente que promete vida prolongada, vitalidad y una conciencia expandida. A dosis más altas, esta sustancia mejora las habilidades computacionales, facilitando el viaje interestelar. Sin embargo, la realidad presentada en “Dune” dista mucho de las conexiones cósmicas asociadas con los psicodélicos en nuestro tiempo, destacando en su lugar el conflicto y el colonialismo exacerbado por la competencia por la especia.

La representación de los psicodélicos en “Dune” ofrece una reflexión sobre las promesas y peligros de estas sustancias. Aunque la psiquiatría formal no se aborda directamente en la novela o películas, la experiencia y conocimiento actuales en psiquiatría pueden ofrecer una guía valiosa para navegar el futuro de los psicodélicos, balanceando su potencial terapéutico con los riesgos inherentes a su uso.

Este análisis nos insta a considerar no solo el valor médico y terapéutico de los psicodélicos sino también su influencia cultural y espiritual, aspectos que “Dune” explora profundamente a través de su narrativa futurista. Al hacerlo, nos invita a reflexionar sobre el papel que estos compuestos podrían jugar en nuestro futuro, tanto en el ámbito de la salud mental como en nuestra comprensión más amplia del universo y nuestro lugar dentro de él.

Acerca del autor

Amante del cannabis y especializado en el mundo de las sustancias psicoactivas. Escritor y psiconauta.