La deuda de la industria supera los 6.000 millones mientras el Gobierno sigue considerando ilegal el sector a nivel federal

Lo que hace unos años parecía una industria imparable hoy enfrenta su mayor crisis. El sector del cannabis en Estados Unidos está al borde del colapso, con cientos de empresas al borde de la quiebra y una deuda acumulada de más de 6.000 millones de dólares que muchas compañías no pueden refinanciar.

El problema no es solo financiero. A pesar de que casi la mitad de los estados han legalizado el cannabis, la planta sigue siendo ilegal a nivel federal, lo que impide que las empresas puedan acogerse a la Ley de Bancarrotas o acceder a financiamiento bancario convencional.

Sin un rescate a la vista, el mercado está viendo una ola de cierres, despidos y ventas forzadas que está cambiando por completo el panorama de la industria cannábica en EE.UU.

De la bonanza a la crisis: ¿cómo llegó el sector a este punto?

El auge del cannabis comenzó en 2012, cuando Colorado y Washington se convirtieron en los primeros estados en legalizar su uso recreativo. Esto desató una explosión de pequeñas empresas y atrajo a inversores entusiastas.

La pandemia de 2020 impulsó aún más el consumo, llevando a muchas empresas a endeudarse en previsión de un crecimiento continuo. Pero el problema es que la legalización federal nunca llegó, y el mercado se ha encontrado con obstáculos insalvables:

Caída de la rentabilidad: en 2022, el 42% de los distribuidores de cannabis declaraban beneficios; en 2024, la cifra cayó al 27%.

 Tipos de interés altos: la refinanciación de la deuda se ha vuelto casi imposible debido al aumento de los tipos de interés.

Restricciones legales: al seguir clasificado como una droga de Nivel I, las empresas no pueden operar libremente entre estados ni acceder a servicios financieros como cualquier otro sector.

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«Hay una enorme burbuja de deuda que podría tener un impacto devastador en la industria si no se aborda rápidamente», advierte Beau Whitney, economista especializado en el sector del cannabis.

El obstáculo federal: un negocio legal que sigue siendo ilegal

Actualmente, el 79% de los estadounidenses tienen una tienda de cannabis en su condado, y la industria da empleo a más de 450.000 personas. Sin embargo, las restricciones federales siguen asfixiando el mercado:

No se permite el traslado de cannabis entre estados, lo que limita la expansión de empresas exitosas.

Los bancos no pueden ofrecer préstamos ni cuentas bancarias a empresas del sector, obligándolas a operar en efectivo o con financiamiento privado.

Las empresas no pueden acogerse a la Ley de Bancarrotas, lo que significa que no pueden reestructurar sus deudas bajo protección judicial, sino que deben renegociarlas con prestamistas privados en condiciones extremadamente desfavorables.

«Los prestamistas tienen la sartén por el mango. Las condiciones que imponen a las empresas de cannabis son draconianas. No es un entorno amigable para los negocios», explica la abogada Hilary Bricken, del bufete Husch Blackwell.

¿Hay solución? La incertidumbre política complica el panorama

En 2023, el Departamento de Justicia inició el proceso para reclasificar el cannabis a Nivel III, lo que permitiría a las empresas deducir gastos y mejorar su rentabilidad. Sin embargo, la llegada del nuevo gobierno de Donald Trump ha puesto en duda esta reforma.

La fiscal general Pam Bondi ha evitado confirmar si seguirá adelante con el proceso de reescalonamiento, lo que deja al sector en un limbo legal.

«Si no hay intervención federal, la industria está al borde del colapso, y grandes inversores externos tomarán el control del mercado por centavos de dólar», advierte Whitney.
Un mercado que madura entre la crisis

A pesar del panorama sombrío, la industria está evolucionando.

Las pequeñas empresas familiares están siendo reemplazadas por operadores más profesionales y con mayor capital.

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Los inversores más especulativos han abandonado el sector, dejando espacio para compañías más estructuradas.

Los pocos prestamistas dispuestos a financiar el cannabis han endurecido sus condiciones, lo que reduce la entrada de nuevos jugadores al mercado.

«Todo el dinero estúpido ha salido de la industria», concluye Bricken.

¿Qué futuro le espera al cannabis en EE.UU.?

El sector del cannabis en EE.UU. se enfrenta a su mayor desafío desde su legalización. Con un mercado en contracción, un acceso al crédito casi imposible y la incertidumbre política bloqueando cualquier avance, las empresas deben encontrar formas de sobrevivir sin esperar ayuda estatal.

La gran incógnita sigue siendo qué hará el gobierno federal: ¿intervendrá para salvar una industria que genera 30.000 millones de dólares en ventas anuales y emplea a casi medio millón de personas? O, por el contrario, ¿dejará que el mercado colapse para que grandes fondos de inversión se queden con el negocio?

Mientras tanto, los próximos meses serán clave para determinar quién sobrevive en el sector y quién se hunde en la crisis

Acerca del autor

Justin Vivero

Escritor especializado en cannabis  y residente en Miami, combina su pasión por la planta con la vibrante energía de la ciudad, ofreciendo perspectivas únicas y actualizadas en sus artículos.