Eddy Lepp, uno de los activistas de cannabis medicinal más famosos de California, falleció la semana pasada después de una batalla contra el cáncer.

Esta semana marcó la primera de muchas celebraciones de su vida que ocurrirán en todo el Estado de California y el mundo.

En el centro de todo, la eterna pasión de Eddy por el cannabis probablemente tuvo un gran impacto en el magnetismo que tuvo en quienes lo rodeaban durante décadas mientras trabajaban para llevar el cannabis a donde está hoy. Si bien a Lepp ciertamente le hubiera gustado ver un modelo de legalización similar al que su querido amigo, el difunto Jack Herer, ofreció a lo largo de los años, ciertamente ayudó a allanar el camino para este momento imperfecto que es mucho mejor que el que lo llevó a él y a tantos otros a una jaula para una planta.

Si bien Eddy tuvo algunos problemas legales previos con el cannabis a fines de la década de 1990, la redada que lo convirtió en el prisionero más famoso de California en la cruzada del gobierno federal contra el cannabis medicinal ocurrió el 18 de agosto de 2004.

En enero anterior, un oficial del grupo de trabajo de la DEA que trabajaba encubierto se reunió con Lepp y negoció la compra de una libra de marihuana seca y procesada. El agente estaba conectado y sus socios lo escucharon.

Al anunciar el arresto de Eddy, la DEA señaló: “Durante esta reunión, Lepp declaró a la TFO encubierta que poseía una cepa de cannabis que haría palidecer a White Widow en comparación. White Widow es un tipo de marihuana con un alto contenido de THC”.

En el momento de la redada, Eddy’s Medicinal Gardens era probablemente la operación de cultivo de cannabis medicinal más grande del planeta siete años después de la aprobación de la Proposición 215. Lepp proporcionaría a las personas espacio para que hasta seis plantas cultiven su propia medicina. Pagarían una tarifa por planta que se destinaría a los costos de cuidarla durante la temporada.

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El modelo resultó popular y se hinchó a miles de plantas visibles desde el borde de la carretera. Pero a su vez, Eddy se convirtió en un problema cada vez mayor en el radar de las autoridades, especialmente dado lo mucho más franco que era en su activismo que la mayoría de los que vivían en las colinas del Triángulo Esmeralda.

Entonces, cuando vinieron por Eddy, no solo venían por alguien que estaba tratando de mantener a los enfermos. Venían por alguien que él mismo había ayudado a impulsar el movimiento, ya que la idea de la marihuana medicinal ahora se estaba filtrando en lugares de la costa este.

Mientras Eddy pasaba por su batalla judicial en la década de 2000, una de las principales publicaciones que narraba su viaje era High Times. Después de su fallecimiento, la revista señaló en la granja: “En ese momento, se consideraba una de las operaciones de cannabis más grandes de su tiempo, sirviendo hasta 1,000 pacientes de cannabis medicinal. La operación fue valorada en $ 130 millones, y los agentes de la DEA tardaron dos días en confiscar aproximadamente 32,500 plantas que crecían en la propiedad de Lepp en Upper Lake, California.

High Times también proporcionaría el telón de fondo para uno de los cuentos más famosos de Lepp. En 2004, lo nombraron Luchador por la Libertad del Año, pero para aceptar el premio tendría que ir a Ámsterdam para recogerlo. En medio de sus batallas legales, su abogado pudo convencer al juez para que le diera permiso para salir del país. Cuando regresó a Estados Unidos después de recibir el premio, su abogado le preguntó por qué regresó.

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Después de los prolongados procedimientos judiciales, Eddy eventualmente entraría en custodia federal en 2009. Durante sus años bajo custodia, sería considerado entre los principales ejemplos de proveedores de cannabis medicinal bien intencionados que se encontraron en el lado equivocado de la ley federal. Terminaría pasando gran parte de la última década de su vida en prisión.

En 2016, cuando regresó a su hogar en California, se sintió como otro punto de inflexión importante en el cannabis. El prisionero de cannabis medicinal más famoso del estado estaba en casa.

Eddy pudo disfrutar de cinco años más con su familia, amigos y compañeros. Su legado e impacto en el cannabis en todo el mundo durará mucho más que eso.

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Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.

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