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PERFUMES PERSONALES, AROMAS PRODIGIOSOS
Ya sean bajo la liviana frescura de una colonia, el contundente aroma de un perfume o el concentrado impacto del extracto, los aromas que la destilación procura de flores y hojas engalana el cuerpo humano desde hace milenios. El Cannabis no ha quedado exento.

 Por Andrea C. Mindlin, facultad de Farmacia y Bioquímica, Universidad de Buenos Aires

 

Que mejor obsequio, tan banal y frívolo como bello y necesario, que un rico perfume. Qué mujer no se siente más bella, segura y diferente cuando antes de partir hacia una cita o, aún, al trabajo se coloca unas gotas de ese perfume, ese aroma en cuyo evanescente misterio nos hace sentir de otra manera.

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Esto puede sonar muy superficial y a una simple e ignota mirada lo es, si se desatiende el imperio microscópico de lo qué sucede en nuestros sistemas sensoriales cuando se topa con un aroma agradable. O desagradable. Pues los perfumes de modo alguno se encuentran exclusivamente ligados a lo femenino ni a los olores placenteros.

Mitos y creencias

Más bien sus orígenes nada saben de distinciones de géneros y los desagradables tufos portan tanto en o más de condición necesaria que las propias papilas olfativas. Los inicios de la perfumería se remontan a la Edad de Piedra, cuando los hombres incineraban maderas aromáticas para complacer con humo (per fumum, de ahí el vocablo) a sus divinidades. No obstante la función espiritual y mágica tampoco restringía la proliferación de las aromatizaciones corporales. Quienes recuerden aquellas épocas no tan lejanas del siglo XX, cuando las actrices aún lucían sus axilas sin depilar y los transportes públicos constituían una abigarrada galería de vahos variopintos. Pues, en efecto, los efluvios corporales no sólo delatan cierta ausencia de higiene, necesariamente. También denotan la actividad del oloroso, hasta su estado o condición. De hecho, hasta el más ramplón de los jabones contiene un tenue olorcito cuyo insigne propósito es, primero, anular y, en seguida, tapar otros olorcicos. Piénsese por lo tanto en los tiempos de los Picapiedras, cuando el sentido del olfato se encontraba mucho más desarrollado que en la actualidad. Pese a que el sapiens carece de período regular de celo como el conjunto de los mamíferos, éste se expresa en forma aleatoria y el aroma que le es propio –diferente en la hembra que en el macho, por cierto- se torna característico en función (del o) los órganos implicados y los correspondientes jugos orgánicos comprometidos. No es lo mismo una mujer que amamanta su cría que otra empapada de la adrenalina de la cacería… Por lo tantos, esas fragancias, en distintos momentos, había que disimularlas. O exaltarlas.

En rigor de fuentes, la fabricación de sustancias destinadas a aromatizar la epidermis y sus alrededores arrancó con los egipcios, quienes fueron los primeros perfumistas artesanales de los que se tiene noticia y que lograron extraer aromas naturales de flores, tallos, hojas, raíces y otras materias primas menos convencionales.

Cuestión de olfato

Con el tiempo, la perfumería sufrió muchas transformaciones, hasta llegar a la producción industrial, en un generoso arco que va del artículo de lujo hasta la colonia económica de uso cotidiano. Uno de los descubrimientos claves para llegar a este punto fue el hallazgo, por parte de los árabes en el siglo VIII, del alcohol para uso externo. Aceites y resinas olorosas diluidas en el alcohol revelaron toda la plenitud de sus cualidades aromáticas, dando así origen a perfumes fabricados en forma industrial.

Para entender qué es lo que ocurre con los aroma y por qué nos provocan sensaciones tan placenteras y profundas que a simple vista parecen solo una cuestión de hedonismo consumista, debemos adentrarnos en los secretos mecanismos internos que ocurren en la nariz.

El sistema olfativo consta de un complejo circuito conectado con las partes mas primitivas de nuestro cerebro como lo es el sistema límbico. Un estudio intitulado Tutoriales Avanzados de Psicología y Biología que fuera realizado porla Athabasca University, revela que la marihuana también ejerce su efecto en esta parte del cerebro.

El sentido del olfato, al igual que el sentido del gusto, es de una intrincada relevancia química. Se denominan sentidos químicos porque detectan compuestos ídem en el ambiente, con la diferencia de que el sentido del olfato funciona a distancias mucho más largas que el sentido del gusto.

Pero volvamos al sistema límbico: se trata de una red de estructuras conectadas entre sí que se encuentra cerca de la parte media del cerebro y está conectada con el sistema nervioso central. Estas estructuras “trabajan” en conjunto para tener efecto en un amplio rango de comportamientos que incluyen las emociones, la motivación y la memoria.

Este sistema maneja las respuestas instintivas o automáticas y tiene muy poco, o posiblemente nada, que ver con los pensamientos conscientes o la voluntad. Entender lo que ocurre en nuestro cerebro con los aromas nos abre un poco la cabeza para entender algunas terapias alternativas como la aromaterapia, que si bien esta corriente postmoderna del “new age” ha distorsionado su uso, es una herramienta valida para generar sensaciones de calma, relax y placer. Ha provocado también abundante literatura y hasta films, incluyendo uno cuya novela original es excelente y la película una paparruchada.

Estructuralismo que huela bien

La industria perfumista desde luego tiene muy estudiada todas estas cuestiones a la hora de elaborar un perfume. Pues un ungüento aromático tiene un sistema de elaboración que justamente se denomina estructura de la fragancia y que consta de tres partes de reminiscencias metafóricas musicales, a saber: notas de salida, notas medias y notas de fondo. Las notas de mayor calidad son aquellas que se perciben durante los primeros segundos. Es el aroma que se siente al abrir el frasco y al probar el producto.

  • Las notas de salida son livianas, por ser la parte más volátil de la composición olfativa. Estas notas suelen ser cítricas, verdes, florales o frutales.( por ejemplo flor de magnolia, flor de Cannabis Sativa, etc.).
  • Las notas medias son aquellas que aparecen gradualmente y son evidentes una hora después de la aplicación, y suelen ser como las flores y las especies. (canela, jazmín, gardenia, etc.).
  • Las notas de fondo son aquellas que se quedan más tiempo en la piel y, por lo tanto, definen el tiempo de duración del perfume. Es la parte más noble de un perfume; la que dura por un tiempo prolongado. Para componerla se emplean ingredientes de baja volatilidad que duran más tiempo en la piel, como maderas o ámbar.
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El aceite de flor de Cannabis Sativa tiene un uso muy difundido en la industria perfumista o en la aromaterapia debido a sus propiedades como relajante, calmante y edificante, he aquí nuestro eterno dilema, ¿me lo unto me lo fumo? Lo mejor es ambas cosas, cada una en su lugar y en su momento.
El aceite de Cannabis Sativa va a tener diferentes propiedades y aplicaciones, dependiendo siempre de qué parte de la planta se le extraiga y de la técnica con que se proceda. Por ejemplo, lo más usual en nuestro bien conocido aceite de Cannabis Sativa extraído de las semillas es un procedimiento denominado prensado en frío, técnica que aunque se haga de forma industrial y a grandes volúmenes, se realiza de una forma sumamente artesanal. Se realiza del mismo modo desde hace milenios no porque la industria haya abandonado su intento de hacerlo en forma más sintética, sino porque no puede hacerse de otra manera. La técnica de prensado en frío es tan simple como laboriosa. Tal como su nombre lo indica, se colocan las semillas, una vez que han sido descascaradas y limpiadas, para luego prensarlas. Digamos que se las aplasta en un molinete con la precaución que la fricción provocada por la maniobra jamás eleve la temperatura de la pasta remanente ni del elixir que de ella brota a más de cuarenta y cinco grados centígrados. Luego basta con recoger el aceite, se filtra y se embotella en frascos oscuros y se guarda al abrigo de la luz.
Esta técnica asegura que se conserven los nutrientes, que como en el caso del aceite de Cannabis Sativa, por el elevado contenido en vitamina E, se convierte en una sustancia que apenas tiene contacto con el aire se oxida, perdiendo así todos sus beneficios como complemento vitamínico.
A nuestro bienamado aceite se lo encuentra frecuentemente bajo el nombre de “Hemp seed oil” y se utiliza fundamentalmente en cosmética para la fabricación de cremas, geles, champúes, lociones para la piel, etc. descontando claro está los consabidos usos culinarios, ya que es un excelente aderezo para ensaladas, fundamentalmente por su sutil textura, delicado sabor, alto valor nutritivo y calórico.
Los perfumes que contienen aceite de Cannabis Sativa se elaboran con las flores frescas y hojas superiores. Esencia cuya extracción se realiza por la llamada destilación por arrastre de vapor. El secreto reside en que los compuestos que le otorgan el aroma dulzón y especiado al aceite esecencial de Cannabis Sativa son altamente volátiles ( entre ellos el cannabeno p-cymeno mierceno dipenteno cariofileno) y por esta razón se utilizan las flores frescas puesto que las flores secas ya han perdido semejantes cualidades intrínsecas.
 
Dulces aromas dulces
La destilación por arrastre de vapor es un proceso en el cual la extracción de los aceites volátiles se hace con agua: se coloca en un balón de destilación las flores frescas con agua y se calienta ambas. El vapor de agua generado va a arrastrar los aceites esenciales de las flores, obteniéndose primero los vapores de los aceites esenciales, los cuales se condensan y se recogen. Dispositivo y proceso idénticos, casi, al de obtener agua destilada que nos enseñaban en la escuela. Pero, esta vez, con la planta que no nos mostraban las maestras.
Este mismo procedimiento se puede hacer con una solución alcohólica, pero el producto de aceite esencial que se obtiene es distinto: se trata de una mezcla de aceites con un alto contenido de THC, mientras que en el arrastre con vapor de agua el contenido de THC es muy bajo.
Nótese la sutil diferencia de que se habla cuando se denomina aceite. El aceite esencial, usado para perfumes, lo vamos a encontrar como “cannabis flower oil”, aceite de flores de Cannabis. Mientras que el aceite usado para cosmética lo encontramos como “Hemp seed oil” aceite de semillas de Cannabis. Otro dulce dato es que el aceite esencial de flores de Cannabis se usa también en la fabricación de caramelos.
Si no queremos usar perfumes comerciales que a la más de las veces tienen excesiva cantidad de alcohol con el agregado que muchas de las fragancias que contienen no son naturales sino sintéticas, no hay como fabricar el propio, a medida. Además ¿a que mujer no le agrada tener su propio perfume que sea de ella y solo de ella, como algo que la distinga? Para ello podemos hacer nuestro propio perfume a nuestro gusto y placer.
Manos a la obra:
Mezclar unas gotas de aceite esencial de flores de Cannabis con unas gotas de aceite esencial de lavanda y un aceite esencial cítrico como puede ser bergamota, pomelo o limón. Se puede agregar un aceite carrier (portador o) diluyente, como el aceite de semilla de Cannabis Sativa, muy útil para este uso. O el más inocuo de girasol, para luego guardar la mezcla en un envase oscuro, de vidrio y con un buen cierre hermético.
El aceite esencial de Cannabis, además de aportar su aroma dulce e intenso, actúa como nota de base, haciendo que la fragancia que hemos elaborado perdure por más tiempo en la piel.
Dejar reposar la mezcla unos días y luego a usar nuestro perfume personal y único, como lo somos cada una de las mujeres.

Acerca del autor

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Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.