Ciencia/Inglaterra: Una nueva y amplia revisión respalda estudios previos que asociaban el consumo de cannabis con un mayor riesgo de psicosis
El 28 de julio Lancet publicó una revisión considerada como «el meta-análisis más completo realizado hasta la fecha sobre la posible relación causal entre el consumo de cannabis y la enfermedad psíquica y afectiva en etapas posteriores de la vida». Una de las razones más importante por la que esta revisión ha llamado tanto la atención es la consideración del nuevo gobierno británico y de su nuevo primer ministro Gordon Brown de reclasificar el cannabis en la ley británica sobre narcótico de la clase C (drogas no ilegales) a la B, de modo que la posesión de dicha planta daría de nuevo lugar a persecución policial. En 2004 el cannabis fue rebajado de la clase B a la C.
En la nueva revisión de siete estudios longitudinales, la Dra. Theresa Moore y su equipo de la universidad de Bristol, Reino Unido, encontraron un incremento del riesgo de psicosis y síntomas psicopatológicos del 41 por ciento en los individuos que habían consumido cannabis alguna vez. El riesgo era el doble en aquellos que lo consumieron con mayor frecuencia (cociente de probabilidad: 2’09), datos que coinciden con revisiones anteriores. La relación entre el consumo de cannabis y depresión, ideas suicidas y ansiedad fueron menos consistentes.
Los investigadores hacen notar que no es posible probar a partir de los estudios si el consumo de cannabis causa psicosis, pero afirman: «Es poco probable que la duda respecto a si el cannabis provoca psicosis pueda ser resuelta con otros estudios longitudinales como los revisados aquí. Concluimos sin embargo que ahora hay suficiente evidencia para advertir a los jóvenes que consumir cannabis podría aumentar el riesgo de desarrollar una enfermedad psíquica en etapas posteriores de la vida». En el editorial Lancet dice: «En 1995 Lancet comenzaba un editorial con la frase tantas veces citada: «Fumar cannabis, incluso a largo plazo, no es dañino para la salud». Los trabajos publicados desde 1995, incluyendo la revisión sistemática de Moore en este número, nos lleva ahora a concluir que el consumo de cannabis podría aumentar el riesgo de enfermedad psíquica».
Últimamente muchos políticos británicos están saliendo del armario y reconocen que han consumido cannabis en el pasado, mostrando su arrepentimiento por ello. Sonaría a broma absurda si, por analogía, los políticos pretendiesen también promover la abstención alcohólica para dar ejemplo a los jóvenes y por la relación demostrada entre el alcohol y diversas enfermedades (enfermedad cardiovascular, del hígado, tumores malignos y alteraciones psíquicas como depresión, manía, fobias, ansiedad general, desórdenes de la personalidad, esquizofrenia y suicidio). Tanto los que se comprometen a favor de la prohibición del alcohol como quienes apoyan dicha idea demostrarían su ignorancia respecto a las reglas de la política internacional sobre droga y al impacto en los índices de ventas del whisky escocés. La prohibición absoluta del alcohol no es aceptable, simplemente porque promovería el desarrollo de mafias, reduciría los ingresos fiscales, apartaría a la policía de tareas más importantes y aumentaría las implicaciones sobre la salud del alcohol que se consumiese debido a la falta de control de calidad y a la contaminación. Todos estos efectos indeseados de la prohibición son ya bien conocidos con respecto al cannabis.
El artículo entero, el comentario de Nordentoft y Hjorthøj y el editorial, están disponibles para ser descargados en:
image.guardian.co.uk/sys-files/Guardian/documents/2007/07/27/cannabis_new.pdf
(Fuente: Moore TH, Zammit S, Lingford-Hughes A, Barnes TR, Jones PB, Burke M, Lewis G. Cannabis use and risk of psychotic or affective mental health outcomes: a systematic review. Lancet 2007;370(9584):319-28.)