Más de 120 profesores alemanes apoyan una iniciativa para legalizar el cánnabis, pidiendo al Gobierno un cambio en las políticas antidrogas. El apoyo legislativo crece, aunque las autoridades manifiestan escepticismo.

Según estimaciones, entre dos y cuatro millones de alemanes consumen marihuana y unos 14 millones habrían tenido alguna experiencia con la droga. El consumo de la yerba no está penado en Alemania, pero sí la venta, el cultivo y la posesión. Estas limitaciones deberían mantener al ciudadano fuera del consumo y sin embargo, fallan a la hora de cumplir con su función, dice Lorenz Böllinger, profesor emérito de Derecho Penal en la Universidad de Bremen.

Hace dos años, Böllinger fundó el llamado Schildower Kreis, un grupo que entretanto cuenta con el apoyo de más de 120 profesores penalistas alemanes. Los juristas tienen como objetivo legalizar el cánnabis y también la plantación, posesión y venta. En noviembre de 2013, pidieron al Bundestag una comisión formada por todos los partidos, con la intención de analizar la efectividad de la legislación actual antidroga.

Ahora, los juristas están cada vez más cerca de su objetivo. El grupo de Bündis90/Los verdes y el Partido de la Izquierda decidieron votar por la comisión. Además, Böllinger espera el apoyo de algunos diputados del SPD para esta iniciativa, para la que serían necesarios 120 votos. Aunque ambos partidos de la oposición ya cuentan con 127.

Vidas arruinadas

Böllinger quiere la legalización en función de la aceptación social como “droga blanda”. “Los consumidores son criminalizados”, critica el experto. Tienen que pagar mucho dinero para adquirir la sustancia en el mercado negro y entran a un entorno de delincuencia, dice Böllinger: “Si a los jóvenes que prueban la yerba se les cuelgan antecedentes penales, no podrán optar a formación, se les quita el carné de conducir y otras cosas. Se les envía directamente al camino equivocado”.

La responsable depolítica cpontra las drogas en el Gobierno federal, Marlene Mortler, rechaza plenamente la legalización de cánnabis advirtiendo de los peligros que conlleva para la salud. “No se pueden infravalorar los riesgos para la salud. Sobre todo en el caso de los jóvenes”, se dice en una declaración de su página web: “Un consumo regular de cánnabis provoca graves problemas, desde psicosis hasta la adicción”.

Esa afirmación no convence a Böllinger. El cánnabis es especialmente peligroso solo para personas que tienden a la dependencia, aclara el jurista. Además, si la sustancia fuese legal, se podría dar a los jóvenes más información sobre los riesgos del consumo de marihuana. Programas preventivos solo existen para el alcohol y el tabaco.

Traficantes y fuentes no fiables

Otra de las razones por las que aboga Böllinger para descriminalizar el cánnabis sería un mayor control de calidad de la droga. El presidente de la Asociación Alemana del Cáñamo, Georg Wurth, habla de un caso en Leipzig en el que un traficante mezcló su producto con sulfuro de plomo. Como consecuencia, más de 100 personas tuvieron que ser atendidas en el hospital.

“El problema de las mezclas aumentó en los últimos años”, dice Wurth a DW: “Se mezcla la yerba con azúcar y plástico líquido”. Dichas prácticas podrían ser mejor controladas con la legalización de la venta de cánnabis, argumentan los partidarios de la descriminalización.

También Hubert Wimber, de la policía de Münster, es partidario de un cambio en la ley. “La prohibición penal ha fracasado”, dice Wimber. La barrera de inhibición para el consumo de cánnabis es muy baja pese a la prohibición. Se gasta mucho dinero en persecución y poco en prevención y rehabilitación. Wimber no cree que una legalización triunfe bajo el actual Gobierno. Pero aun así, apoya la iniciativa de los profesores.

“A veces hay que aprender del extranjero”, continúa Wimber apuntando a historias de éxito. El año pasado, Uruguay fue el primer país de la tierra que legalizó el comercio y la producción controlados. Y también en algunos estados de Estados Unidos se permite ya el consumo médico.

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Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.