A pesar de que el CBD es legal en España, la Policía Municipal de Madrid ha incautado productos y detenido a comerciantes en una ofensiva que genera polémica y refuerza el estigma sobre el cannabis.

La reciente «Operación Cannabis Shop» llevada a cabo en Madrid ha dejado estupefactos a muchos defensores de la regulación y legalización del cannabis. Con un despliegue digno de una redada contra el crimen organizado, la Policía Municipal ha irrumpido en tiendas especializadas en CBD, incautando 35 kilos de marihuana y 13 kilos de hachís, deteniendo a una persona e investigando a otras once. La noticia deja una sensación de incredulidad: ¿por qué se persigue de manera tan agresiva una sustancia que no es ilegal en España?

El CBD no es ilegal: ¿por qué se criminaliza?

El cannabidiol (CBD) es un compuesto no psicoactivo del cannabis que en España se comercializa legalmente siempre que no contenga niveles de THC superiores al 0,2%. Numerosos estudios han demostrado sus beneficios terapéuticos, desde la reducción del estrés y la ansiedad hasta el alivio del dolor crónico. Sin embargo, parece que las autoridades madrileñas han decidido ignorar estos hechos y tratar las tiendas de CBD como si fueran focos de narcotráfico.

La operación llevada a cabo por la Policía Municipal sugiere que, además de CBD, se estaban vendiendo productos con THC por encima de los límites legales. Si esto fuera cierto, lo razonable sería una investigación enfocada en los establecimientos que incumplen la normativa, no una ofensiva indiscriminada que genera un clima de criminalización injustificado.

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Una guerra absurda mientras el narcotráfico sigue campando a sus anchas

Mientras las fuerzas del orden se centran en cerrar tiendas que venden productos derivados del cannabis dentro de un marco legal, el verdadero narcotráfico sigue operando sin mayores inconvenientes. Las mafias del hachís continúan moviendo toneladas de droga desde Marruecos sin que se vean operaciones de esta envergadura dirigidas contra ellas.

En países como Alemania, Portugal o Canadá, se han dado pasos firmes hacia la regulación del cannabis, generando ingresos fiscales y reduciendo la criminalidad asociada a su mercado negro. En España, en cambio, seguimos con una política prohibicionista incoherente que, lejos de resolver el problema, lo agrava.

Consecuencias de la represión: empleo destruido y pacientes desprotegidos

Las tiendas de CBD no solo generan empleo, sino que también ofrecen productos que mejoran la calidad de vida de muchas personas. Desde pacientes con epilepsia hasta personas con enfermedades inflamatorias, muchos dependen de estos productos para su bienestar. La represión contra estos comercios no solo afecta a los empresarios y trabajadores, sino también a los consumidores que ven restringido su acceso a productos que les benefician.

Además, este tipo de operaciones refuerzan el estigma contra el cannabis, retrasando un debate necesario sobre su regulación. La legalización y control del cannabis no solo permitiría acabar con el mercado negro, sino que también generaría ingresos fiscales y garantizaría la seguridad del consumidor.

El futuro del cannabis en España: ¿hacia dónde vamos?

A pesar de estas ofensivas, el avance hacia la regulación del cannabis es imparable. La evidencia científica, la opinión pública y la experiencia internacional muestran que la prohibición solo perpetúa los problemas asociados al consumo y distribución de la sustancia.

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Si España quiere estar a la vanguardia de las políticas de drogas, debe abandonar de una vez por todas estas operaciones anacrónicas y abrir un debate serio sobre la regulación del cannabis. Perseguir a comerciantes de CBD no es la solución, sino un despropósito que solo perpetúa la hipocresía legislativa y el derroche de recursos públicos.

Es hora de dejar de tratar el cannabis como un problema y empezar a considerarlo como una oportunidad.

Acerca del autor

Agustín Lacalle destaca como Director y Maquetador de 'Cannabis Magazine' y 'El Cultivador'. Con una profunda pasión por el cannabis desde el siglo pasado, combina habilidades en redacción e investigación, aportando perspectivas únicas al mundo del cannabis