Traducción adaptada: Michael Moldrickx, Centro DEMETER
Entrevista original: Stephanie Hanel, DAZ.online
Imágenes: Bahnhof-Apotheke

Viajemos a Suiza, un país relativamente cercano pero aún muy lejano en comparación con España, donde sólo podemos soñar que unos profesionales en preparados magistrales nos suministren nuestro tratamiento paliativo elaborado a base de materia prima procedente de cannabis natural. En un idílico pueblo llamado Langnau –situado en un valle conocido por Emmental y rodeado de montañas en plena naturaleza– vive el Sr. Manfred Fankhauser. Fankhauser trabaja como farmacéutico y no da abasto para atender a su clientela, dado que en Suiza está permitido dispensar a los pacientes preparados naturales a base de cannabis.

Sin embargo, el Sr. Fankhauser es el único farmacéutico de todo el país que cultiva marihuana y procesa la materia prima obtenida –con todas las de la ley, claro está, y con sus respectivos premisos oficiales–. Stephanie Hanel, de DAZ.online, tuvo el placer de entrevistarlo y, por nuestra parte, fue un verdadero deleite poder adaptar dicha entrevista al castellano y así compartirla con vosotros.

DAZ.online (D): ¿Qué fue lo que le impulso a ocuparse con el cannabis medicinal?

Sr. Fankhauser (Sr): Después de la formación como farmacéutico escribí mi tesis doctoral sobre el cannabis. Mi suerte fue que precisamente por aquel entonces volvía a crecer el interés en torno al tema y debido a ello fui contactado tanto por pacientes como por médicos. De esta manera me percaté de que hay un gran número de personas que ponen sus esperanzas en el cannabis para poder paliar sus dolores u otros males.

D: ¿Sería posible que nos exponga la situación legal en torno al cannabis en Suiza?

Sr: Antes de junio de 2011 todo lo que se obtenía a base de la planta del cannabis medicinal estaba prohibido. Pero, por otro lado, sabía que en Alemania había una empresa que era capaz de producir el THC en estado puro y de forma sintética, es decir, sin usar cannabis.

A la vista de dicho hecho, decidir ir –y de esto hace ya nueve años– a las administraciones para hacer constar dicho vacío legal. Gracias a eso recibimos la autorización para poder trabajar con THC artificial y producido de forma sintética. Esa era la única vía, hasta el 2011, cuando aquí en Suiza, de repente, hubo un brusco cambio de 180 grados. Ahora ya se puede volver a usar preparados a base de cannabis – preparados naturales– sin embargo, se piden unos requisitos muy concretos. Esto marcó una gran diferencia en comparación con Alemania: en Suiza sólo pueden ser usados los preparados, es decir, aceite y tinturas, pero no la materia vegetal. El cannabis no puede ser recetado ni dispensado, ni siquiera en casos excepcionales. En cambio, dichos aceites y tinturas, como las que nosotros usamos aquí en Suiza, no están autorizados en Alemania, donde sí se puede adquirir marihuana en farmacias.

D: ¿Y eso cómo le afecta a usted? ¿Puede cultivar cannabis por su propia cuenta?

Sr: Para nuestros aceites y tinturas usamos plantas que son cultivadas en Suiza. También tenemos un terreno propio, el cual, por norma, tiene que estar protegido y cumplir con todos los requisitos impuestos por parte de la OficinaFederal deSalud Pública. Un agricultor normal jamás podría cumplir con todos esos requerimientos. Por ese hecho, trabaja para nosotros una empresa que se dedica exclusivamente a plantas medicinales. En realidad somos una trinidad: además de mí está la empresa que cultiva las plantas y un químico titulado que extrae el aceite, produce las tinturas y lleva a cabo la analítica de calidad y la expedición del certificado respectivo. Para ejercer legamente nuestra actividad sólo se nos concedía la licencia pertinente trabajando en equipo. Eso significa que la empresa no puede sembrar por adelantado y producir más de lo solicitado. Las 200 plantas que cultivamos son única y exclusivamente destinadas a Bahnhof-Apotheke. Para dar una referencia en cuanto a cantidades, en la temporada pasada hemos cosechado 300 kilos de marihuana y con ello podemos fabricar suficientes preparados para cubrir las necesidades de los próximos dos años.

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D: ¿Por qué su farmacia es la única que ostenta una autorización para poder producir los respectivos productos medicinales con cannabis por sus propios medios?

Sr: En principio, eso lo puede hacer cualquier farmacia. Las razones son, evidentemente, los diversos obstáculos y pegas administrativas que disuaden a las demás farmacias. También está el tiempo que transcurre, si decidiesen incluir el cannabis en sus mezclas magistrales, hasta llegar a la producción de los productos en sí. Hablamos, aproximadamente, de un año hasta que tengan disponibles las plantas necesarias para obtener la materia prima que se precisa. En otras palabras, se trata de un proyecto a largo plazo.

D: ¿Cuáles son los campos de aplicación más importantes?

Sr: El grupo de pacientes más significativo son los afectados por dolores. En particular los dolores relacionados con espasmos, o sea, pacientes con EM (esclerosis múltiple). También se pueden tratar de dolores tumorales o neurálgicos. Dos tercios de todos los pacientes entran en ese grupo. Y claro está, para tratar los trastornos neurológicos, como por ejemplo los movimientos incontrolados (tics, síndrome de Tourette, piernas inquietas, etc.). Otro grupo no menos importante, pero algo más reducido, son los pacientes que padecen de falta de apetito, como los tumorales o los afectados por VIH. Y otra aplicación completamente diferente es el glaucoma por el efecto autorregulador de la presión intraocular debido al cannabis.

D: El uso de medicamentos con THC no origina problemas de adicción. ¿A qué es debido?

Sr: Si alguien consume cannabis de forma lúdica la dosificación es completamente diferente. Cualquiera que fuma marihuana para colocarse, todos los días se beneficia de una sobredosis. Los respectivos tratamientos terapéuticos se mantienen muy lejos de semejantes cantidades.

D: ¿Cuál es la necesidad de asesoramiento de los clientes que acuden a usted?

Sr: ¡Muy elevada! Enparticular la atención posventa. Al inicio se mantiene una especie de charla inicial –incluso cuando los pacientes se encuentran bastante bien informados a través de grupos de autoayuda, quedan muchos puntos y dudas por aclarar–. Y, por su puesto, después hay que establecer la correcta dosificación. Los médicos suelen delegarnos esa tarea, tomando en consideración la experiencia que con el tiempo hemos adquirido. Al principio los pacientes nos suelen llamar dos o tres veces a la semana debido a dudas o preguntas en torno a la dosificación o si al cabo de diez días aún no perciben ningún efecto. A eso se suma que, en parte, se suele tratar de pacientes que padecen graves dolores o incluso clasificados como terminales –en estos casos, por mera empatía, no se puede limitar la respuesta–.

D: ¿Y cómo hace frente a esto teniendo que atender su trabajo diario en la farmacia?

Sr: Somos cuatro, tres auxiliares de farmacia y yo, y trabajamos en conjunto especialmente para esta área. Tenemos actualmente unos 600 pacientes. Se puede imaginar cómo es eso si –de esos seiscientos pacientes– sólo uno de cada diez tiene una pregunta o duda. Recibimos diariamente entre 30 y 50 llamadas o correos electrónicos. Al principio, cuando me llamaban constantemente al teléfono, era una situación bastante difícil. Hace dos años que tenemos una línea telefónica exclusiva para el tema del cannabis, la cual está separada del número de teléfono del servicio farmacéutico oficial.

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D: ¿Cómo son las reacciones que percibe a raíz de su trabajo con medicina cannábica?

Sr: Sabiendo que trabajo con toda seriedad, se confía en mí. Incluso a los habitantes del pueblo les resultamás bien excitantee interesante y los pacientes empiezan a ver cómo algo natural tiene las puertas abiertas de par en par en mi farmacia. Aún hay una evidente inquietud por parte de la profesión médica, pero la aceptación en general en ese sector también está aumentando. Desde que en Alemania y en Suiza hay disponible un preparado cannábico registrado y autorizado, el spray para los pacientes de ME, ha cambiado mucho la perspectiva sobre el cannabis.

D: ¿La labor que desarrolla como farmacéutico ha variado de alguna manera?

Sr: , es una manera de utilizar y desarrollar las habilidades que se adquieren a lo largo de la formación, y no ser simplemente un “comerciante con erudición académica”. Además, también es muy desafiante para mí, entro en contacto con mucha gente, con especialistas, médicos y personas con las que normalmente, como farmacéutico, no se suele tener relación, y además amplio muchísimo mis conocimientos prácticamente a diario.

D: Ha publicado un libro titulado El hachís como medicamento. ¿Para qué tipo de público está pensado y destinado?

Sr: El libro es un tratado fármaco-histórico. No es un trabajo de laboratorio ni contiene referencias a los últimos avances científicos. El subtítulo del propio libro lo describe y especifica en realidad bastante bien: Sobre la importancia de cannabis en la medicina occidental. El libro describe los tipos de preparados que ha habido, para quién o qué estaban pensados y cómo eran empleados. Lo más estremecedor es que si le diésemos hacia atrás a la rueda del tiempo unos cien años, no estaríamos discutiendo sobre este tema. Hace un siglo, el cannabis era un preparado medicinal frecuente y completamente familiar.

Le queremos expresar nuestros más sinceros agradecimientos tanto a la redacción de la DAZ (periódico alemán de farmacias) como al Sr. Fankhauser por su estimada colaboración y por permitirnos la traducción y posterior publicación de esta entrevista en Cannabis Magazine. A su vez, nos gustaría felicitar a Stephanie Hanel por su patente profesionalidad a la hora de su encuentro con el Sr. Fankhauser.

Página web de Bahnhof-Apotheke en Langnau: http://www.panakeia.ch/

 

Acerca del autor

Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.