Las semillas autoflorecientes han mejorado significativamente gracias a técnicas avanzadas de breeding, convirtiéndose en una opción viable frente a las feminizadas.

por Dinafem

Autoflorecientes o feminizadas, ésa es la cuestión. Hasta hace bien poco, las autoflorecientes se han visto afectadas por una serie de problemáticas que las convertía en una opción poco deseable para muchos cultivadores, que optaban por las variedades feminizadas buscando una mayor capacidad productiva y sabores y efectos más marcados. Sin embargo, la mejora de las técnicas de breeding y, sobre todo, la acumulación de generaciones, han logrado que las autoflorecientes hoy en día no tengan nada que envidiar a sus hermanas feminizadas.

La característica rapidez de las semillas de cannabis automáticas se debe a su herencia ruderalis, una variedad originaria de zonas muy frías –Rusia y Siberia–, que les permite realizar su ciclo completo y florecer independientemente del fotoperiodo en el que están creciendo. Obviamente, cuantas más horas de sol reciba la planta y con mayor intensidad, mejor será la producción de la misma, por lo que es recomendable cultivarla en los meses de verano en exterior o aplicar un fotoperiodo único de 18 horas de luz y 6 de oscuridad en interior. La factura de la luz aumentará, sí, pero la recompensa en forma de mayor producción hace que merezca la pena.

Las autoflorecientes ofrecen muchas ventajas a los growers: son rápidas, están menos expuestas a plagas y, en general, requieren menos trabajo que las feminizadas. En outdoor son una opción, ideal para los cultivadores que no quieren complicarse demasiado la vida con armarios de cultivo y demás utensilios y buscan una alternativa segura que les garantice una rica cosecha en el periodo estival. Además, en países cálidos como los mediterráneos, incluso permiten realizar varias cosechas al año. Eso sin contar que la recogida en agosto minimiza el riesgo de sufrir lluvias y con ellas la temida botrytis. Asimismo, con las autoflorecientes se minimiza el riesgo de robo ya que los ladrones concentran sus esfuerzos en los meses de septiembre y octubre, época de cosecha en exterior, con lo que los hurtos son menos frecuentes en junio, julio o agosto.

Otra ventaja de las autoflorecientes en exterior es que, a diferencia de las feminizadas, que para florecer correctamente necesitan doce horas de absoluta oscuridad, con ellas no tienes que preocuparte por la contaminación lumínica. En otras palabras, no importa si durante la noche hay una farola encendida y la luz cae directamente sobre tu planta. Su rapidez, además, minimiza el riesgo de que sufran plagas ya que su ciclo vital es más corto.

Además de la rapidez, otra ventaja de las autoflorecientes es su discreción. Las plantas automáticas no suelen superar el metro de altura por lo que son la opción elegida por los cultivadores para los que la discreción es prioritaria. Por ejemplo, las variedades automáticas son la opción más adecuada para cultivos en balcones y terrazas.

La mayor parte de las ventajas del cultivo de autoflorecientes en exterior se pueden aplicar al indoor con el añadido de que, frente a las feminizadas, tienen el plus de facilitarnos la tarea ya que permiten unificar el área de fotoperiodo.

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A pesar de sus múltiples beneficios, muchos cultivadores aún se resisten al encanto de estas velocistas porque consideran que su sabor y efectos y, sobre todo, capacidad productiva, están por debajo que el de sus primas feminizadas. Sin embargo, la mejora de las técnicas genéticas y de los procesos de desarrollo en los bancos de semillas está traduciéndose en variedades de altísima calidad que ya miran de tú a tú a las feminizadas. 

Variedades XXL

 Hasta tal punto ha quedado en papel mojado el mito de que las variedades autoflorecientes tienen una menor producción,  que ya existen variedades automáticas XXL que, como su nombre indica, garantizan extensas producciones a la altura de los growers más exigentes. Para lograr esto hacen falta  tres ingredientes: un buen trabajo de breeding, mucha investigación pero, sobre todo, tiempo. Y es que la mejora genética es algo que no se consigue de un día para otro si no que requiere de muchas generaciones que permitan que las características buscadas se fijen en la variedad.

“Llevamos 8 años trabajando en la mejora de nuestras variedades autoflorecientes. Tras 20 generaciones y más de 16.000 semillas germinadas de cada variedad, hemos conseguido desarrollar autoflorecientes extremadamente productivas y que mantienen las características de cada variedad”, nos cuenta el responsable de laboratorio de Dinafem.

Al tiempo, como comentábamos antes, hay que sumarle un buen olfato a la hora de elegir cuál es la planta de élite adecuada para realizar los cruces correspondientes, por ello “es vital contar con un equipo de breeders expertos, que sepan exactamente qué buscan en cada selección. La mejora genética es la suma de muchos factores, ya que en cada generación hay que fijar las cualidades que se desean, como producción, aroma, sabor, fuerza o capacidad de germinación. Es importante resaltar, también, la  importancia del trabajo que se hace en el laboratorio, que suma un plus al proceso del breeding ya que nos permite tener un mayor control de las variedades, sus cannabinoides y composición”, continua el responsable del Laboratorio de Dinafem.

Desde el banco de semillas español se muestran muy satisfechos con los resultados obtenidos: “Plantas como Amnesia Auto XXL puede llegar a producir entre 60 y 170 gramos por planta y alcanzar los 170 cm en exterior. Además, en Canadá, un productor medicinal en invernadero ha utilizado nuestra con OG Kush Auto y, con 80 plantas, ha cosechado 17 kilos en total, 212 gramos por planta. Nuestro objetivo es mejorar todas las autos para que produzcan esas cantidades”.

Algunos consejos

Si después de leer todo esto te has decidido por el cultivo de autoflorecientes, ya sea interior o exterior, te damos a continuación algunos consejos básicos para sacar el máximo rendimiento a tu cultivo.

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Errores iniciales

Pese a que las plantas automáticas son por lo general una buena opción para los cultivadores principiantes, tienen un pequeño inconveniente: un error se paga muy caro. Puesto que el ciclo de este tipo de plantas es muy corto no hay tiempo para que se recuperen. Por tanto, si cometes un error de principiante y tu planta se bloquea, lo más probable es que esto se refleje en tu cosecha.

El sustrato

Las autoflorecientes requieren un sustrato aireado, que les permita aprovechar los recursos al máximo y desarrollar bien sus raíces y acelerar todos sus procesos metabólicos. ¿Qué cómo se airea la tierra? Pues muy sencillo, necesitas 10 litros de sustrato, que estén compuestos por un 1/3 de fibra de coco y 2/3 de turba o sustrato ya preparado, que puedes encontrar en cualquier growshop. Si tu cultivo tiene fines terapéuticos, procura utilizar un método de cultivo orgánico.

La maceta

El tamaño mínimo del tiesto o maceta que vayas a utilizar ha de ser de siete litros –quice si quieres conseguir las plantas más grandes posibles– y es importante que tengas en cuenta que éste va a ser el definitivo. No es conveniente que las plantas autoflorecientes se trasplanten en mitad de su ciclo de vida para evitar que se estresen.

Riego

Las autoflorecientes soportan mejor que las feminizadas las carencias hídricas por lo que es conveniente regarlas en poca cantidad –nada de dejar la planta encharcada– pero con mucha frecuencia, para fomentar la oxigenación. Las cantidades son relativas y dependen del clima y entorno en el que se desarrolla la planta, por lo que no podemos darte una cantidad exacta de agua. Como norma general, procura que no le falte humedad, pero que el tiesto no esté muy pesado.

Cosecha

Entre 70 y 80 días después de haber sembrado, podrás por fin cosechar tus cogollos. Las plantas de marihuana autoflorecientes son como un reloj y una vez ha cumplido diez semanas de vida se van apagando.

Podas

No recomendamos hacer podas en un cultivo de interior de autos pues no tiene sentido dada la rapidez de su ciclo.

Plagas

Como este tipo de plantas tienen un periodo vital más corto, el riesgo de que alguna plaga las infecte o que esta llegue a extenderse tanto que resulte fatal, es menor.

Acerca del autor

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Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.