Las variedades de cannabis autofloreciente han ido ganando popularidad durante, más o menos, los últimos cinco años, ya que gracias al desarrollo de las técnicas de reproducción se han creado variedades nuevas y mejores. Actualmente, es posible conseguir cosechas abundantes y de gran potencia en tan solo nueve o diez semanas desde la germinación hasta la cosecha.

por Sensi Seeds

El cannabis autofloreciente en la botánica

El cannabis autofloreciente desciende de poblaciones de Cannabis ruderalis silvestres que se encontraban en Europa del Este, Rusia, China y en otros lugares de Asia central y del norte. Al igual que con otras especies y subespecies del género cannabis, la clasificación botánica de C. ruderalis es discutible. Algunos botánicos lo clasifican como una especie por derecho propio, mientras que otros dicen que es una subespecie de C. indica o C. sativa.

En 2003, el análisis quimiotáxico y genético de la variación de cannabinoides en 157 variedades de cannabis indicó que C. sativa y C. indica eran dos especies distintas, y que C. ruderalis es una subespecie de C. sativa. Sin embargo, incluso esto es discutible. En 2005, un nuevo análisis reveló que C. ruderalis puede ser, de hecho, una especie por derecho propio, además de una especie “hermana” de C. indica y C. sativa. Parece que las especies C. ruderalis siempre se encuentran a 50° N del ecuador o en latitudes incluso mayores.

Asimismo, el análisis indicó que C. sativa comprende variedades no psicoactivas de cannabis silvestre y variedades de cannabis cultivado para la producción de fibras y semillas (es decir, el cáñamo), que suelen ser habituales en Europa, y en el centro y este de Asia. Por otra parte, C. indica se encuentra en el sur y el este de Asia, y comprende todas las variedades psicoactivas, tanto de hojas estrechas como anchas, además de algunas variedades cultivadas por la fibra y las semillas, y algunas poblaciones silvestres del Himalaya (que pueden o no tener un alto contenido en cannabinoides).

Sensi Seeds Northern Lights Automatica
Sensi Seeds Northern Lights Automatica

El cannabis autofloreciente y la duración del día

En cuanto a los aspectos concretos de su clasificación, lo que define al cannabis autofloreciente o al C. rudelaris son sus características de crecimiento. A diferencia de la mayoría de las variedades de cannabis (que se clasifican como plantas de día corto o dependientes del fotoperiodo), la C. rudelaris no depende de los cambios estacionales en la luz diurna para iniciar la floración. En cambio, florece en función de la edad de la planta.

La mayoría de las variedades de cannabis en su hábitat natural germinan cuando comienza la primavera. En el hemisferio norte, esto puede ocurrir como muy pronto en febrero o como muy tarde en abril o mayo, dependiendo del clima. A continuación, disfrutan como mucho de seis meses de crecimiento vegetativo antes de que las horas de luz diurna disminuyan, y comienzan la floración a finales de agosto o septiembre, cuando se acerca el equinoccio de otoño. La floración puede continuar hasta diciembre, si las temperaturas lo permiten, o pueden estar listas para la cosecha a mediados de octubre.

Selección positiva de los rasgos autoflorecientes

En las zonas septentrionales frías, la rápida reducción de las horas de luz diurnas cuando se acerca el invierno, junto a la rápida caída de las temperaturas y al corto crecimiento estacional general, significa que las plantas de cannabis no pueden permitirse el lujo de crecer durante una gran parte del año. En lugar de ello, deben terminar el crecimiento vegetativo rápidamente, ya que no suelen aparecer hasta mediados de mayo o junio, cuando las heladas terminan, y tienen que producir flores con rapidez antes de que las heladas comiencen de nuevo, lo que puede ocurrir en septiembre.

Por lo tanto, las poblaciones silvestres o escapadas de cannabis en tales áreas comenzaron a seleccionar positivamente las plantas que pudieran soportar las duras condiciones ambientales. Un contenido reducido de cannabinoides, una baja altura y la capacidad de autofloración son todos rasgos positivos en un entorno de este tipo, así que cuando surgieron tales mutaciones, su descendencia tuvo más éxito que otras, y los rasgos se estabilizaron con el tiempo.

Cannabis ruderalis salvaje
Cannabis ruderalis salvaje
  1. rudelaris es una planta de baja estatura, que suele alcanzar unos 40-50cm de altura y pocas veces supera los 90 cm. Cuenta con muy pocas ramas laterales, y produce flores pequeñas. Las hojas pueden ser anchas o estrechas, pero son más frecuentemente estrechas. Las variedades C. ruderalis suelen comenzar la floración dos o tres semanas después de la germinación. Las plantas rudelaris suelen tardar alrededor de diez semanas en pasar de la germinación a la cosecha, aunque algunas variedades están listas en tan solo seis semanas y media. Las plantas suelen ser muy resistentes a las heladas, plagas y enfermedades, y pueden cultivarse con relativamente pocos suplementos nutricionales, incluso en suelos pobres.

La genética que controla el cannabis autofloreciente

Para que una planta se reproduzca con éxito, el momento de transición hacia la floración es crucial. En la mayoría de las especies vegetales, el factor más importante para determinar el momento de la transición es la variación en el fotoperiodo. Aún no se ha identificado el gen o genes específicos que controlan la dependencia del fotoperiodo, o la ausencia de la misma, en el cannabis. Sin embargo, en varias ocasiones, se ha intentado determinar los genes responsables de mutaciones similares en otras especies vegetales, lo que puede ayudar a arrojar algo de luz sobre el mecanismo que actúa en la planta de cannabis.

El cannabis autofloreciente desciende de poblaciones de Cannabis ruderalis silvestres que se encontraban en Europa del Este, Rusia, China y en otros lugares de Asia central y del norte

Las plantas dependen de las proteínas especializadas, conocidas como fotorreceptores, para detectar los cambios sutiles en la duración y en la intensidad de la luz. Estas proteínas se dividen en cuatro categorías principales: los fitocromos, que detectan longitudes de onda roja y de rojo lejano; los criptocromos, que detectan las longitudes de onda azul; las fototropinas, que controlan el crecimiento y el movimiento en respuesta a la luz (como la flores que siguen la trayectoria diaria del sol en el cielo), y el UVR8, que responde a la luz UV-B.

En las plantas dependientes del fotoperiodo, estos fotorreceptores son responsables de transmitir la floración cuando las horas de luz diurnas alcanzan un umbral crítico. Para las plantas de día corto como el cannabis, este umbral se alcanza después de un período de reducción gradual de las horas de luz diurnas. En las plantas de día largo, el umbral se alcanza después de un aumento gradual. Las plantas autoflorecientes se consideran de día neutro, porque la floración se activa a través de mecanismos independientes, y no en respuesta a la variación de la duración del día.

Detallle de la resina en una Northern Lights automática
Detallle de la resina en una Northern Lights automática

Mientras que la genes específicos que controlan el proceso aún no se han determinado, la investigación previa sobre otras especies vegetales ha propuesto una hipotética hormona de señalización, conocida como “florígeno”, que se transmite desde los fotorreceptores hasta el ápice del brote (la parte de la planta que controla el nuevo crecimiento) cuando llega el momento de comenzar la floración. Sin embargo, no se sabe exactamente qué florígeno es, y cómo varía el proceso entre las plantas dependientes del fotoperiodo y las autoflorecientes.

El florígeno y las plantas dependientes del fotoperiodo

En la Arabidopsis thalania, una pequeña planta de día largo perteneciente a la familia Brassicaceae que suele utilizarse para la investigación genética, ya que fue la primera planta cuyo genoma fue secuenciado completamente, parece que la regulación circadiana de la expresión de un gen conocido como CONSTANS (CO), una proteína, puede intervenir de algún modo. A medida que la expresión de CO aumenta, se produce la expresión de otro gen conocido como FLOWERING LOCUS T o lugar de floración T (FT), que se cree que es un componente principal de la hipotética hormona llamada florígeno.

El mecanismo que se pone en marcha es increíblemente pulcro. Los fotorreceptores desencadenan la producción de un acido nucleico llamado ARN mensajero (ARNm) que se traduce en producción de proteína CO todos los días durante, aproximadamente, doce horas después del amanecer. Sin embargo, la proteína CO solo es estable a la luz diurna, y se degrada rápidamente en condiciones de poca luz. Por lo tanto, los niveles de proteína CO requeridos para desencadenar la producción de FT se consiguen solo en los días que duran más de doce horas. Así pues, cuando llega la primavera y aumenta la duración de los días, la floración puede comenzar.

El florígeno y las plantas de día neutro

Aunque se cree que el gen CO es fundamental para la activación de la floración en las plantas de día largo y de día corto, es evidente que en las plantas autoflorecientes (también conocidas como de día neutro) debe intervenir un mecanismo diferente. Los estudios sobre las variedades de tomate de día neutro indican que un gen conocido como SINGLE FLOWER TRUSS (SFT) desencadena la producción de FT, posiblemente en conjunto con el gen SELF PRUNING (SP). Los genes SFT y SP intervienen en la regulación del crecimiento de los tallos y brotes, indicando a la planta que pare el crecimiento vegetativo cuando se ha generado un grupo completo de ambos. Cuando esto ocurre, se activa el gen FT.

Muchas especies de plantas se han estudiado con el fin de investigar los cambios genéticos que se producen en las mutaciones que afectan a la sensibilidad al fotoperiodo. Se han descrito varias vías diferentes, sobre todo la participación de una compleja combinación de diferentes genes. Sin embargo, no parece haber ninguna investigación específica sobre el cannabis.

¿Qué son las Super Autos?

Ha sido posible, en múltiples ocasiones, cruzar variedades ruderalis con plantas dependientes del fotoperiodo, conservando las características de autofloreciente. Después de que la descendencia se cría varias veces con plantas de fotoperiodo, el porcentaje de la genética ruderalis se reduce, y pueden eliminarse las características indeseables, tales como un bajo rendimiento, y un sabor y potencia poco interesantes. Se cree que, en las Super Autos, el gen que señala el final del crecimiento vegetativo y el inicio del periodo de floración interviene más adelante, lo que permite que la planta alcance mucha mayor altura y circunferencia. El resultado es que las plantas más altas tardan más en crecer, pero siguen empezando a florecer automáticamente y producen mejores rendimientos.

El crecimiento de las Super Autos habitualmente es de entre 45 días, para las indica dominantes, incluyendo el estilo de Skunk #1 Automatic de Sensi Seeds, hasta más de catorce semanas, siendo las Super Autos hazes las que más tardan en florecer. Éstas pueden tardar hasta dieciocho semanas de principio a fin. En comparación, las Haze que no son auto, que más tardan en florecer, pueden necesitar hasta dieciocho semanas únicamente para la floración. Las Super Autos con frecuencia alcanzan alturas de unos 90-100 cm, y son capaces de producir abundantes flores cubiertas de resina, con un excelente sabor y potencia.

Actualmente, son los cultivadores de exterior los que están cultivando lo mejor de la nueva generación de autos y Super Autos, en zonas donde pueden crecer las plantas dependientes del fotoperiodo. Ahora que su potencia y su sabor compiten con los de sus compañeras no auto, las ventajas que proporcionan su rápido crecimiento, su baja altura y su resistencia las hacen cada vez más atractivas, incluso para el más exigente de los cultivadores.

White Diesel Haze Automática
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¿Cómo obtener el máximo provecho de las plantas autoflorecientes?

En exterior, las variedades autoflorecientes de cannabis generalmente requieren muy pocos cuidados. Pueden crecer con fuerza en suelos pobres, con bajas temperaturas y bajos niveles de precipitación, y requieren poca alimentación extra para producir su cosecha. A menudo, se pueden germinar al aire libre y dejarlas prácticamente sin vigilancia hasta que están listas para la cosecha, aunque puede hacer falta tomar algunas medidas preventivas contra las plagas, como las babosas, o instalar tela metálica para mantener alejados a los conejos y otros animales.

En interior, la mayoría de los cultivadores tienden a mantener sus variedades autoflorecientes de cannabis en un ciclo de luz 18/6 permanente, aunque algunos prefieren un ciclo de 14/10. Así pues, aquellos jardineros de interior que aumentan el número de horas de luz al día, manteniéndolo en 18 horas en lugar de 14, pueden ver el ciclo de floración completo un poco más rápido, aunque la diferencia es prácticamente insignificante. De este modo, las plantas a partir de semillas de marihuana tales como las Northern Lights Automatic de Sensi Seeds, normalmente pueden llegar a alcanzar una altura de entre 60 y 90 cm para el momento de la cosecha. El resultado son cogollos de dulce fragancia y que, debido a su gruesa capa de tricomas ricos en THC, ¡son extraordinariamente potentes!

Otros proporcionan a las plantas hasta 24 horas de luz del día, aunque a menudo se dice que más de 20 horas de luz conduce a rendimientos decrecientes. Las plantas prefieren los suelos ventilados y bajos en nutrientes. Además, optar por un sistema de iluminación adquirido en un grow shop es lo adecuado.

Las plantas requieren poca alimentación. Durante el crecimiento vegetativo, solo hay que alimentarlas una vez o dos veces con nutrientes adecuados para la fase de crecimiento. Siempre hay que parar la nutrición de la fase de floración, por lo menos, una semana antes de la cosecha, y hay que utilizar agua pura para alimentar a las plantas y eliminar los nutrientes acumulados.

El cannabis autofloreciente y el espectro de la luz diurna

Aunque las plantas autoflorecientes no dependen de los cambios en el fotoperiodo para proporcionar el estímulo que inicia la floración, existen pruebas anecdóticas de que las variaciones luminosas pueden afectar a su crecimiento. Según algunos informes, utilizar el espectro azul durante la fase vegetativa permite un crecimiento más vigoroso, y cambiar de la luz azul a la luz roja, cuando la floración comienza, permite que la planta comience la floración a un ritmo acelerado y proporcione mayores rendimientos en general.

Además, puede haber lugar para investigar más profundamente sobre las variaciones diurnas de la luz y su efecto sobre el patrón de crecimiento de las plantas de cannabis, en particular sobre las variedades autoflorecientes. Se ha observado que las señales de activación de la floración trabajan en conjunto con los ritmos circadianos de las plantas. También se sabe que la luz del día varía en función de la hora y del ángulo de los rayos del sol, que inciden sobre la tierra, produciendo un espectro de luz azul por la mañana y uno de luz roja por la noche. Se ha investigado muy poco sobre los efectos de la variación espectral diurna en el cannabis y, sin duda, puede llegar a ser un tema digno de investigación en el futuro.

Acerca del autor

Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.