La prescripción médica del potente fentanilo creció un 65% entre el 2008 y el 2015 | En EEUU, cuatro de cada cinco heroinómanos empezaron con estas sustancias con receta

El consumo de sustancias opioides, que inhiben la percepción que tiene una persona del dolor, se ha casi duplicado en los últimos años en España, según datos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Farmacéuticos. El organismo, dependiente del Ministerio de Sanidad, constata en su informe anual sobre la utilización de estos fármacos que, mientras en el 2008 se consumían 7,25 dosis diarias por cada mil habitantes, en el 2015, la utilización extrahospitalaria de opioides alcanzó las 13,31 dosis. Para tener acceso a ellos es necesaria, en todos los casos, receta médica.

Sin llegar a ser tan alarmante como lo es en Estados Unidos, donde cuatro de cada cinco adictos actuales a la heroína fueron antes consumidores de analgésicos de base opiácea, el incremento que se viene detectando en España en el consumo de estos fármacos empieza a preocupar a los expertos. “No estamos ni mucho menos en los niveles de abuso excesivo que han alcanzado en Estados Unidos, pero sí que recomendamos a oncólogos, traumatólogos y cirujanos, que tengan mucho cuidado con estas prescripciones”, indica la doctora Lara Grau, psiquiatra especialista en Adicciones y Patologías Duales en el Hospital del Vall d’Hebrón.

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El derivado que mayor aumento registró fue el tramadol (y sus combinaciones), indicado para tratar dolores de intensidad de moderada a grave, especialmente para aliviar lumbalgias. También creció el uso del tapentadol, una sustancia autorizada en España desde el 2010, con efectos analgésicos que se encuentran a medio camino entre el tramadol y la morfina. Este subgrupo farmacológico experimentó un aumento del 105% en siete años, señala el informe de la agencia del medicamento que expone sus conclusiones a partir de datos correspondientes al 2015 (los últimos disponibles). Su consumo representa ya el 65,7% del consumo total de estas sustancias.

Otro de los subgrupos de alto uso en España es el de los derivados de la fenilpiperidina, entre los que destaca el fentanilo, de gran potencia, muy rápido efecto y altamente adictivo. El aumento de este derivado, de un 62%, se explica, según la agencia del Ministerio de Sanidad, “por la gran oferta de presentaciones y formas farmacéuticas disponibles”.

Valoraciones discrepantes

El debate entre los médicos sobre si hay que poner freno de inmediato a esta situación arroja valoraciones contradictorias. Mientras la Sociedad Científica Española sobre el Alcoholismo y otras Toxicomanías alerta del preocupante avance en el número de pacientes con dependencia a analgésicos opioides de prescripción, desde el ámbito académico hay quien asegura que la expedición de recetas de estos medicamentos en España está bajo control. “El incremento obedece al alto porcentaje de población que padece dolor crónico, fundamentalmente dolores articulares, de duración prolongada”, alegaba recientemente el profesor de la Universidad de Alcalá de Henares Cecilio Álamo.

Ana Isabel Henche, médico de la Unidad de Conductas Adictivas en Toledo, coincidía en que aquí, a diferencia de lo ocurrido en EEUU, el problema no es de sobreprescripción. En España, el asunto es más estructural. “Si un traumatólogo, por ejemplo, receta un opioide por un dolor de espalda que precisa de intervención, y la intervención se retrasa hasta tres años, porque hay lista de espera, ese paciente continúa con el tratamiento durante un tiempo excesivo, con lo que el riesgo de adicción aumenta”, reflexionaba Henche.

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Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.