El libro que asegura que se puede ser feliz con la planta de marihuana. Publicado originalmente en 2018 en Estados Unidos, ahora se editó en Argentina. Escrito por la abogada y cultivadora estadounidense Nikki Furrer, apunta a las mujeres que buscan “sentirse mejor, verse mejor y dormir mejor (y colocarse como una dama)”.
“Actualmente estoy en mis cuarenta y tantos, el cannabis me hace sentir más linda y más relajada de lo que nunca me sentí en mis veinte o treinta”. En una de las primeras páginas de su libro, la abogada estadounidense Nikki Furrer sintetiza lo que para muchos usuarios está en la esencia del uso del cannabis: la búsqueda de felicidad, un camino de reivindicación del goce y el placer alejado a distancia cósmica de la idea con la que se moldeó el “sentido común” en las últimas décadas sobre la marihuana, el de “la droga que te quema neuronas y es puerta de entrada a otras drogas”. Con ese mismo espíritu es que desde este viernes y hasta el domingo, en La Rural, se lleva a cabo una nueva edición de Expo Cannabis.
“Escribí este libro para cualquier persona que quiera sentirse mejor, verse mejor y dormir mejor”, promete en el prólogo Furrer. Y la que cumple, más que ella, es la planta. El libro es, en realidad, un paso a paso atractivo y divertido hacia la desmitificación de la sustancia: se llama Guía del cannabis para la mujer y no oculta desde su nombre la búsqueda marketinera en el sector femenino, pero tampoco sus buenas intenciones. En un mundo que todavía persigue a los consumidores y cultivadores de marihuana, una publicación como esta es un acto de militancia y libertad.
“El cannabis puede aliviar el dolor que las mujeres experimentan en cada etapa de sus vidas, desde la pubertad hasta la menopausia y más allá. Soy premenopáusica y el cannabis me ayuda a dormir, me ayuda a aliviar el dolor y suaviza la montaña rusa emocional que proviene de varios niveles de estrógeno. El cannabis puede ayudar a una madre después de la fiesta a relajarse y dormir lo que necesita”, contó a Infobae Leamos en una entrevista vía email.
“La marihuana alivia los cambios de humor de la menopausia y puede ayudar a tratar la depresión posparto”, escribe Furrer en la primera parte de su libro. Como en casi toda la obra, la autora apela a su experiencia personal para amplificar los beneficios de usar cannabis. “Mi madre tuvo una adolescencia desagradable, un marido que no entendía sus sentimientos y nada de marihuana para ayudarla a que su cuerpo se adaptara a los bajos niveles de estrógeno, por lo que sus cambios de humor eran terribles” con la menopausia, recuerda.
Furrer va desde las explicaciones científicas y técnicas hasta las historias particulares, que no sólo juntó de su propia vivencia sino también de las mujeres con las que compartió momentos en su dispensario. No hay que olvidar que además del interés militante por difundir los beneficios de la planta, detrás de su Guía hay un interés comercial en Nikki, quien fue dueña una cadena de dispensarios y productos de cannabis en Estados Unidos y ahora planea lanzar su línea de tatuajes transdérmicos, según contó a este medio: “Son temporales y se hacen con infusión de cannabis, estoy a punto de lanzarlos en el mercado de California”.
La Guía del cannabis para la mujer consta de seis partes. “Por qué deberíamos consumir cannabis”; “Cómo el cannabis nos hace sentir felices y saludables”; “Comprar cannabis: qué pedir, qué buscar”; “Inhalar cannabis: rápido y eficiente”; “Cannabis comestible: calma y sabor”; y “Cannabis tópico: sensual y analgésico”. Además, ofrece un glosario para entender el vocabulario cannábico.
En este punto, como en la Parte Tres, que habla de la compra de cannabis, se nota que el libro está originalmente pensado para un público que no es el argentino, pues en este país todavía no es posible acceder tan libremente a la marihuana como sí ocurre en algunos estados de Estados Unidos.
Antes de meterse en el mundo del cannabis legal, Furrer, nacida y criada en Saint Louis, a la vera del río Misisipi, tuvo una librería independiente. “Fui a la facultad de Derecho, y luego me metí en el Colegio de Abogados y trabajé en Nueva York durante algunos años. De allí, volví a St. Louis y abrí una librería independiente. Cuando me quedé sin dinero con la librería y la cerré, estaba como ‘no sé qué hacer conmigo misma’”, contó en una entrevista con el Phoenix New Times.
“Solo quería un descanso y anhelaba algo nuevo, así que me mudé a Denver, a las montañas, para trabajar en la marihuana”, agregó. En Denver, estado de Colorado, la marihuana es legal para uso medicinal desde el año 2000 y para uso adulto, desde 2012. Es, sin dudas, un distrito precursor en la reconversión de la mirada sobre esta planta. De allí, de hecho, salió el aceite Charlotte’s Web, que fue una punta de lanza para el cambio de paradigma en el resto del mundo, incluida la Argentina, por la historia de la niña que lo hizo famoso, Charlotte Figi, quien padecía Síndrome de Dravet y murió por Covid-19 en abril de 2020.
“Soy abogada, no médica, pero después de años de leer investigaciones sobre cannabis, creo firmemente que mucha gente podría beneficiarse de una pequeña dosis preventiva diaria de cannabis. Con solo un poquito todos los días es suficiente para reducir las inflamaciones, la ansiedad, la depresión, el estrés y el dolor, retrasar la aparición de la demencia y otros signos de envejecimiento y mejorar nuestro estado de ánimo”, dice Furrer en la primera parte de su libro y presenta una interesante descripción argumentativa sobre cada punto que marca.
La primera parte del libro termina con una serie de tips para convencer a nuestras madres de que el cannabis puede ser una salida saludable. “Si tu madre nunca fumó cigarrillos, no va a querer empezar a fumar ahora. Conseguile un comestible, de 5 a 10 miligramos de THC como máximo”, sugiere.
En este punto se choca con la barrera legal que impone Argentina, y ese puede ser uno de los puntos débiles de la idea de traer este libro al país porque aquí todavía no es legal el comercio de comestibles con THC (tetrahidrocannabinol, la molécula psicotrópica del cannabis). La Parte Tres del libro prácticamente sobra, excepto que uno quiera entender cómo funciona el mercado legal del cannabis en Estados Unidos y morirse de envidia.
Furrer no deja pasar la oportunidad para explicar qué es el THC, el CBD, cuáles son las diferencias entre cannabis sativa e índica, qué efectos produce cada molécula, potencias y variedades. También explica qué son los terpenos y cómo funciona el sistema endocannabinoide.
Una de las fases más divertidas del libro es la parte en la que la autora explica cómo se siente estar colocada. “Me sentí como si hubiera inhalado una clase de yoga”, contó sobre lo que dijo una paciente usuaria. También, la checklist para hacer en el caso de que pruebes marihuana por primera vez: “Ponete cómoda, pensá actividades y notá cómo tu cuerpo se relaja y descansa”.
La Guía de Nikki es una pieza más de un mosaico cada vez más grande de libros dedicados a la marihuana, una producción editorial que se expande a la par que lo hace la industria mundial del cannabis y la sociedad se amiga con la planta. En Argentina ya fueron publicados Marihuana, la historia. De Manuel Belgrano a las copas cannábicas (Planeta); La historia de Mamá Cultiva Argentina (Ediciones B); y Cannabis Medicinal: la guía completa (THC), entre algunos otros.
El libro de Furrer es divertido, interesante, novedoso y, además, estéticamente bello. Con datos, historias, anécdotas personales y humor, la autora llega entonces a la verdad máxima que se nos revela a todos los que alguna vez exhalamos las volutas de humo del cannabis: la planta nos hace más felices.
“Escribí el libro porque, trabajando detrás del mostrador como asistente social en dispensarios, recibí a muchas mujeres mayores que no habían hecho esto en mucho tiempo o que nunca lo habían hecho. Solo necesitaban que alguien les dijera: ‘Mirá, 5 o 10 miligramos: eso es todo lo que necesitás’”, contó Furrer a la prensa estadounidense a poco de publicar la Guía.
Furrer, su primera vez y la legalización
-¿Cuándo fumaste marihuana por primera vez y qué recuerdo tenés?
-No fumé cannabis hasta mi primer año de universidad. Me senté en un automóvil con dos amigas y fumamos un porro y luego fuimos al centro de estudiantes a comprar bocadillos. Tratamos desesperadamente de parecer sobrias, pero todo lo que recuerdo es que las tres nos soltamos en risitas, una y otra vez. La sensación de juventud es la sensación que tuve ese día, pura alegría.
-¿Sabías que el uso medicinal es legal en Argentina pero el uso adulto sigue prohibido? ¿Qué argumentos podrías aportar a la discusión sobre la regulación? ¿Por qué deberíamos legalizar la marihuana en el mundo?
-Honestamente, creo que prefiero medicinal en lugar de recreativo. En los Estados Unidos., cuando un estado pasa de medicinal a recreativo, los precios tienden a subir, los impuestos aumentan y los pacientes tienen más dificultades para encontrar los productos que necesitan porque, de repente, todas las compañías de cannabis comienzan a fabricar productos con alto contenido de THC en lugar de productos medicinales, como hicieron antes de que el recreativo se volviera legal. Sí creo que la planta de cannabis no debería ser regulada por el Gobierno, pero los efectos del capitalismo en la planta de cannabis también me entristecen.
-¿Qué opinás de los anuncios de Biden sobre indultar a los condenados por posesión de marihuana?
-Creo que es genial que Biden haya perdonado a personas con condenas federales. Ojalá el gobierno continúe y despenalice el cannabis a nivel federal.
-¿Qué importancia tiene para vos la planta de cannabis a nivel social? ¿Nos hace mejores personas?
-Creo que nos ofrece la oportunidad de estar más relajados y tranquilos, y todos somos mejores personas cuando nos sentimos mejor.
Fuente Infobae
Acerca del autor
Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.