El Gobierno marroquí da un paso histórico en la regulación del cannabis medicinal con la publicación del decreto 2.24.130, que define con precisión los requisitos para el cultivo legal por parte de cooperativas agrícolas autorizadas.
Marruecos continúa avanzando con decisión en la legalización y regulación del cannabis para usos no recreativos. El pasado 15 de mayo de 2025, el Gobierno publicó en el Boletín Oficial el Decreto 2.24.130, una norma clave que detalla las condiciones técnicas, legales y ambientales que deberán cumplir las cooperativas agrícolas que deseen cultivar cannabis para fines medicinales, farmacéuticos e industriales.
Este decreto marca una fase fundamental en la aplicación de la Ley 13-21, aprobada en 2021, que regula el uso legal del cannabis en Marruecos. Aunque el consumo y cultivo recreativo siguen siendo ilegales, el nuevo marco normativo abre la puerta al desarrollo controlado y profesionalizado de una industria cannábica legal, con un enfoque centrado en la salud pública, la investigación científica y el desarrollo económico rural.
Un modelo de cultivo controlado, exclusivo para cooperativas autorizadas
El decreto establece que solo cooperativas agrícolas legalmente constituidas, compuestas por cultivadores que residen en zonas previamente autorizadas por el Gobierno, podrán participar en el cultivo legal de cannabis. Actualmente, estas zonas se limitan a Alhucemas (Al Hoceima), Chauen (Chefchaouen) y Taounate, todas ubicadas en la región del Rif, históricamente vinculada a la producción de cannabis en el país.
La selección de estas zonas responde tanto a factores históricos y culturales como a una estrategia para integrar progresivamente a los agricultores tradicionales en un modelo legal, promoviendo al mismo tiempo el desarrollo económico y la inclusión social en estas zonas rurales.
Requisitos técnicos, agronómicos y medioambientales estrictos
El nuevo marco regulador impone condiciones detalladas para el cultivo del cannabis, que incluyen prácticas agrícolas sostenibles, conservación del suelo, respeto medioambiental y seguridad en todo el proceso productivo. Las cooperativas deberán garantizar la trazabilidad completa del cultivo, desde la siembra hasta la entrega de la cosecha en los centros autorizados, y adoptar medidas estrictas para evitar desviaciones hacia el mercado ilegal.
Además, se establecen mecanismos de control de calidad, seguridad y auditoría, que estarán bajo la supervisión de la Agencia Nacional de Regulación de Actividades Relacionadas con el Cannabis (ANRAC). Esta entidad podrá imponer sanciones severas, incluyendo la suspensión o retirada de autorizaciones, en caso de incumplimiento.
Un nuevo marco legal que ofrece seguridad jurídica y previsibilidad
Con la entrada en vigor del Decreto 2.24.130, Marruecos consolida un andamiaje jurídico completo para la regulación del cannabis no recreativo, ofreciendo por primera vez a las cooperativas agrícolas un conjunto de normas claras, vinculantes y transparentes, que también serán de obligado cumplimiento para las administraciones públicas y terceros implicados en el proceso.
El nuevo texto aporta seguridad jurídica a todos los actores del sector, desde agricultores hasta laboratorios farmacéuticos, y facilita la planificación de inversiones, el desarrollo de infraestructuras y la creación de empleo en zonas que históricamente han estado marginadas.
Integración del cannabis en la economía formal y desarrollo rural
El Gobierno marroquí reafirma así su compromiso con un modelo de producción de cannabis estructurado, sostenible y centrado en el desarrollo rural. La legalización controlada se presenta no solo como una herramienta para combatir el narcotráfico y la economía sumergida, sino también como una oportunidad real de desarrollo socioeconómico para las comunidades locales.
Sin embargo, las autoridades reconocen que la transición desde el modelo informal hacia un sistema regulado plantea retos importantes, especialmente en lo que respecta al acompañamiento y la formación de los agricultores, la adecuación de infraestructuras y la creación de canales comerciales legales.
En este sentido, el decreto proporciona una base legal sólida y mecanismos de control adaptados, que permitirán acompañar este proceso de transformación con garantías de legalidad, calidad y sostenibilidad.
Hacia un nuevo modelo de producción de cannabis medicinal en el mundo árabe
Con esta medida, Marruecos se posiciona como uno de los primeros países del mundo árabe y del norte de África en establecer un marco legal integral para el cultivo de cannabis medicinal. Este paso podría tener un impacto significativo tanto a nivel nacional como internacional, atrayendo inversiones, fomentando la investigación biomédica y posicionando al país como referente en la producción de cannabis con fines terapéuticos e industriales.
La regulación no solo responde a una necesidad económica, sino también a una evolución legal, social y cultural, que permite mirar al cannabis no como un problema, sino como un recurso con alto potencial médico, ecológico y económico.
Acerca del autor

Manu Hunter
Periodista cannábico con un estilo desenfadado pero siempre riguroso. Cuenta historias que prenden, informan y desmontan mitos, acercando la cultura cannábica al mundo con frescura y credibilidad. ¡Donde hay humo, hay una buena historia!