Con impuestos más bajos, regulaciones más claras y una creciente aceptación social, Europa se perfila como el nuevo centro neurálgico del negocio mundial del cannabis, despertando el interés de grandes empresas estadounidenses.

Durante décadas, Estados Unidos ha liderado el mercado legal del cannabis a nivel mundial. Sin embargo, una combinación de trabas regulatorias internas y el despertar económico de la Unión Europea podría cambiar drásticamente el panorama en los próximos años. De hecho, según estimaciones recientes de la firma Whitney Economics, el mercado europeo del cannabis podría alcanzar los 50.000 millones de dólares anuales en ventas, una cifra que eclipsaría con holgura al todavía fragmentado mercado estadounidense.

El caso de active: de California a Europa con los vaporizadores a cuestas

Lex Kwon, CEO y cofundador de la empresa californiana Active, especializada en tecnología de vaporización con aceite de THC, ilustra perfectamente este giro de timón. Fundada en 2018, Active ya genera más de 100 millones de dólares al año y cuenta entre sus clientes con gigantes como Trulieve, Green Thumb Industries y Curaleaf.

Lo que empezó como una modesta incursión en Reino Unido se ha convertido en una apuesta estratégica: más del 5 % de sus ingresos actuales provienen del mercado europeo. Kwon negocia actualmente con marcas de la UE para ampliar su presencia. “Europa podría representar fácilmente el 20 % de nuestras ventas totales”, afirma. Su visión es clara: “Europa es el campo de batalla donde se ganará la guerra del cannabis, la puerta de entrada al resto del mundo”.

Europa despega: un mercado en expansión con bases sólidas

Mientras que el mercado legal estadounidense sigue restringido por leyes federales obsoletas, la UE presenta un terreno fértil. En Europa, más de 25 países han legalizado o despenalizado alguna forma de consumo de cannabis. Alemania —la mayor economía del continente— ya legalizó el uso medicinal en 2017 y lanzó un programa recreativo limitado en 2024. El Reino Unido hizo lo propio con el cannabis medicinal en 2018, y aunque no forma parte de la UE desde el Brexit, sigue siendo un actor clave.

En cifras, se espera que el mercado europeo genere 1.200 millones de dólares en ventas en 2025, suba a 2.600 millones en 2028 y supere los 6.000 millones antes de 2035. Es decir, un crecimiento de más del 400 %. Alemania lidera esta transformación con ventas previstas de cerca de 1.000 millones en 2025. El Reino Unido aporta otros 255 millones. Países como Países Bajos y Suiza han lanzado programas piloto para cannabis recreativo. En Polonia, Chequia, Malta, Luxemburgo y Francia, las reformas avanzan con diferentes grados de ambición.

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Ventajas competitivas: regulación pragmática y libertad comercial

Una de las principales ventajas del modelo europeo es la posibilidad de cultivar cannabis en un país y exportarlo a otros miembros de la UE. Esto contrasta fuertemente con la situación en Estados Unidos, donde las empresas no pueden cruzar productos entre estados debido a la ilegalidad federal del cannabis.

Además, la UE exige que las instalaciones de producción cumplan con los estándares de calidad farmacéutica (certificación GMP), lo que reduce la competencia y aumenta el atractivo para inversores. “Europa es demasiado grande para ignorarla”, sentencia Beau Whitney, fundador de Whitney Economics. “Mientras que solo el 27 % de las empresas estadounidenses del sector son rentables, en Europa hay colaboración institucional, incentivos financieros y una hoja de ruta clara”.

El caso Curaleaf: conquistando Europa desde Massachusetts

Curaleaf, con sede en Massachusetts, fue pionera en esta tendencia cuando en 2021 adquirió Emmac Life Sciences, una empresa integrada verticalmente con operaciones en Alemania, Italia, España, Portugal y Reino Unido. La compra ascendió a 286 millones de dólares. Hoy, esa división opera bajo el nombre de Curaleaf International.

En términos de ingresos, la operación europea todavía es pequeña (105 millones en 2024 frente a 1.200 millones en EE. UU.), pero su crecimiento es notable: un 72 % más que en 2023. Juan Pablo Martínez, CEO de Curaleaf International, lo tiene claro: “El mercado potencial y las tasas de crecimiento están ahí. No tengo dudas de que Europa será clave para el futuro del cannabis”.

Cookies y artemis: otras apuestas estratégicas por el viejo continente

Cookies, la famosa marca de cannabis creada por el rapero Berner, ya está operando en Reino Unido, Alemania, Israel y Tailandia, y pronto lo hará también en Australia. Su modelo de expansión se basa en licencias con productores locales en Alemania, Portugal y Canadá. Según su presidente Parker Berling, “el área internacional es la que más rápido crece dentro de la empresa”.

Artemis Growth Partners, un fondo de capital privado con sede en Londres, gestiona unos 400 millones de dólares y ha apostado 25 millones en empresas europeas desde 2022. Su cofundador Will Muecke afirma que ya no están interesados en EE. UU. y que podrían invertir otros 50 millones más en Europa. “Europa era la cola del perro… ahora está moviendo al perro”, bromea.

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Cautela entre el entusiasmo: las advertencias del caso canadiense

Sin embargo, no todo son luces. Algunos expertos recuerdan lo ocurrido en Canadá, que legalizó el cannabis en 2019 con grandes expectativas. El resultado: sobreproducción, precios en picado y empresas luchando por sobrevivir. Kristoffer Inton, analista de Morningstar, teme que la historia se repita en Europa si todos los actores ven el mercado como una “tierra prometida”.

“Si todos creen que este mercado salvará sus negocios, probablemente no lo será para nadie”, advierte.

Aun así, hay diferencias clave. Europa cuenta con 745 millones de habitantes, más del doble que EE. UU., y necesita una enorme cantidad de producto para satisfacer la demanda. Además, su modelo sanitario basado en prescripción médica y distribución a través de farmacias añade una capa de credibilidad y estabilidad que no existía en Canadá.

Europa avanza sin prisa, pero sin pausa

Aunque el mercado europeo del cannabis aún es incipiente comparado con el de Estados Unidos, su potencial es inmenso. Con un enfoque más pragmático, menos restricciones legales y una demanda creciente, Europa podría convertirse en el nuevo epicentro global del cannabis. Las empresas que lo entiendan a tiempo —y se adapten a sus exigencias regulatorias— estarán mejor posicionadas para liderar el futuro del sector.

Estados Unidos puede haber sido la cuna de la legalización moderna, pero todo apunta a que el próximo capítulo del cannabis se escribirá con acento europeo.

Acerca del autor

Manu Hunter
Escritor y periodista cannábico

Periodista cannábico con un estilo desenfadado pero siempre riguroso. Cuenta historias que prenden, informan y desmontan mitos, acercando la cultura cannábica al mundo con frescura y credibilidad. ¡Donde hay humo, hay una buena historia!