El cultivo de marihuana autofloreciente en exteriores es un asunto sencillo, pero si seguimos los consejos adecuados para conseguirlo.

Este tipo de semillas crecen de manera rápida y no se distinguen por dar problemas para ello. Debido a que las semillas autoflorecientes exterior están más expuestas a los rayos solares, conseguimos una cosecha mayor con unos cogollos que destacan especialmente por sus dimensiones. Sin embargo, para lograrlo, debemos seguir una serie de consejos para aprovechar las ventajas de este tipo de cultivo. En este artículo hablamos sobre ello.

Atención frecuente y buenos fertilizantes son los retos del éxito de su cultivo

Cultivar en exterior tiene muchas ventajas, pero al crecer de manera tan rápida, se deben reducir los errores. En este caso, nos referimos a que si alguna de las plantas enferma, hay que tener en cuenta que nuestro tiempo será limitado para su recuperación y por tanto, la cosecha será menor. Generalmente, si destinamos tiempo a sus cuidados, regando de vez en cuando, fertilizando y usando una peladora de cogollos que facilite el proceso, no tiene por qué haber problemas. Tendremos que usar fertilizantes y si vivimos en zonas que se caractericen por el clima frío y las lluvias, elegiremos una variedad autofloreciente que tenga la capacidad de resistir a estas circunstancias.

Te puede Interesar
Las autoflorecientes más productivas para flipar esta temporada

Es importante remarcar que estas semillas podemos sembrarlas en cualquier momento del año, especialmente si residimos en lugares con temperaturas suaves y cálidas. Lo ideal es que estas plantas reciban una cantidad media de 10 horas de luz solar. La estación de la primavera es la época ideal por este motivo, puesto que el sol permanece mayor tiempo para que las plantas puedan aprovecharse de ello.

Al proceder al cultivo, lo primero es la germinación. Lo mejor es emplear un vaso en el que colocarlas en agua con papel absorbente. Si sembramos las semillas en una maceta, vigilaremos que tenga una capacidad de entre 7 y 15 litros porque será el espacio donde permanecerá nuestra planta hasta su cultivo. Respecto al riego, no necesita tanta agua como pudiésemos imaginar, pero tampoco debemos dejar que se seque. Dependiendo de las circunstancias meteorológicas, la frecuencia del riego será mayor o menor, pero nunca será excesiva. Lo mismo ocurre al aplicar fertilizantes, ya que la cantidad también deberá ser limitada.

¿Qué problemas podemos tener al plantar nuestra cosecha?

Al igual que ocurre con el resto de plantas, la variedad autofloreciente de exterior no es inmune a distintos problemas que puede haber. El primero de ellos es el de las temidas plagas, aunque es cierto que esta planta es menos vulnerable. Es mejor prevenir que curar, por lo que permaneceremos atentos y aplicaremos jabones insecticidas para que la mosca blanca o los pulgones no se conviertan en un problema.

Te puede Interesar
¿Platar autoflorecientes o fotodependientes?

También vigilaremos que animales como gatos o aves no nos arruinen la cosecha. Lo ideal es incluir jaulas provistas de alambres que protejan nuestras plantas. Por otro lado, prestaremos atención también a posibles intrusos que querrán robarnos nuestra cosecha. Lo más recomendable es que el cultivo se efectúe en zonas donde no haya mucha afluencia de personas e incluir elementos voluminosos que oculten la plantación.

Acerca del autor

Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.