Descubre los usos tradicionales, efectos estimulantes y sedantes, y las aplicaciones terapéuticas del kratom, la planta milenaria que está ganando popularidad global.
Estudiamos en esta ocasión un árbol cuyas hojas han consumido durante siglos los habitantes de los países del sudeste de Asia y que en los últimos años ha ganado popularidad gracias a la difusión realizada en Internet. El consumo de kratom es una moda que ha llegado y que va a permanecer mucho tiempo con nosotros, aunque las autoridades competentes tengan algún día la ocurrencia de declararla ilegal.
El kratom es un árbol originario del sudeste de Asia (Tailandia, Malasia, etc.) cuyo nombre científico es Mitragyna especiosa, que pertenece a la misma familia que el árbol del café (Rubiaceae), que tiene cierta relación con los géneros Corynanthe y Uncaria y que comparte con ellos algunas propiedades bioquímicas. Su utilidad, desde tiempos inmemoriales, ha consistido en el consumo de sus hojas por los pueblos que habitaron esa zona del mundo, los cuales le dieron diversas aplicaciones medicinales, entre las que se encuentran servir como estimulante (en dosis bajas) para soportar los trabajos duros y las difíciles condiciones de existencia, como sedante (en dosis altas), como analgésico, para combatir la diarrea, y como afrodisíaco, para intensificar o prolongar el acto sexual. En este uso tradicional, propio del sur de Tailandia, el kratom forma parte de su cultura y no se considera una droga estigmatizada. Un alto porcentaje de la población masculina comienza a tomar kratom entre los veinticinco y los treinta años y sigue utilizándolo toda su vida como si fuera un alimento más. El modo habitual de consumo para ellos consiste en mascar las hojas frescas, normalmente entre treinta y sesenta diarias.
Un poco de historia y de botánica del kratom
En la literatura científica occidental, el kratom fue descrito por primera vez a comienzos del siglo XIX por el botánico holandés Pieter Willem Korthals (1807-1892), que trabajaba para la Compañía Holandesa de las Indias Orientales.
Korthals escribió que los campesinos malayos consumían la planta cuando no podían conseguir opio. Lo mismo describieron E. M. Holmes y H. Ridley. En 1907, L. Wray se dedicó a registrar todas las formas de consumo: ingerido en forma de infusión, fumado, mascado, etc. Envió muestras a la Universidad de Edimburgo, donde Hooper aisló el principal alcaloide responsable de sus efectos, pero no le dio ningún nombre. En 1921, Fray volvió a aislar el alcaloide y le dio el nombre de mitraginina. En 1930, I. H. Burkill estudió sus propiedades psicoactivas y describió su uso tradicional como medicina, con mención a su utilidad contra la diarrea y la fiebre, así como en forma de cataplasmas y pomadas. En 1940 se identificaron tres nuevos alcaloides de la planta: especiofolina, rincofilina y estipulatina.
Los árboles de Mytragina especiosa suelen crecer hasta alcanzar una altura de entre 3,5 y 9 metros y una anchura de 4,5 metros, si bien hay especies que llegan a los 30 metros de altura. El árbol puede ser de hoja perenne o de hoja caduca, dependiendo del entorno en el que crezca. Las hojas son de forma elíptica, tienen un color verde oscuro y pueden llegar a tener 18 centímetros de longitud y 10 centímetros de anchura. Las flores son de forma redonda y de color amarillo, y tienden a crecer formando racimos en los extremos de las ramas. Korthals dio al género el nombre de Mytragina porque, en las primeras especies que examinó, los estigmas tenían la forma de la mitra de un obispo, ese curioso tocado para la cabeza con cintas a cada lado. Además del popular nombre “kratom”, en Tailandia también se ha conocido a la planta por los nombres de “kakuam”, “ithang” y “thom”. En aquel país crece especialmente en las zonas del centro y del sur.
En Tailandia las hojas se solían mascar frescas, después de eliminar la fibrosa veta central. También se mascaban las hojas secas, pero, puesto que de esta forma tienen un sabor amargo, muchos preferían machacarlas o pulverizarlas para tragarlas sin masticarlas. Otra de las formas de uso actuales consiste en mezclar el kratom en polvo con zumo de fruta o puré de manzana, lo cual permite evitar el mal sabor. Asimismo, se puede elaborar un té con las hojas, que puede mezclarse con cualquier otra infusión y añadirse azúcar o miel como edulcorante. También se extrae de las hojas una especie de pasta de fácil conservación que puede después ingerirse en pequeños trozos o disolverse en agua caliente. Hay gente que fuma las hojas, pero es dudoso que este método permita aprovechar los principios activos de la planta, y seguramente no sea más que un desperdicio.
Tal como sucede en todas las regiones de nuestro planeta, cada cultura ha utilizado una o varias plantas para mejorar sus condiciones de vida, soportar las inclemencias del clima, curar las enfermedades, tener fuerzas para trabajar y evadirse en los momentos de ocio. En el caso de Tailandia, sus habitantes siempre han consumido kratom, pero en 1943 el gobierno tailándes decidió declarar ilegal su posesión y venta, e incluso fomentó la tala de árboles para facilitar el cumplimiento de la ley. Esta acción, además de suponer la típica injerencia de las autoridades en cuestiones —de carácter individual y personal— de libre consumo de sustancias, supuso un grave perjuicio para el entorno, ya que el árbol del kratom es autóctono de ese país y por tanto forma parte de su ecosistema. Como suele suceder en estos temas, en la base, además de un motivo de control social, había también razones económicas: el gobierno ingresaba a cuenta del comercio de opio, y el consumo de kratom era un claro rival suyo. La consecuencia estaba clara: decidieron prohibir el kratom para evitar la merma de sus ingresos.
La mitraginina es el alcaloide más abundante en la planta. Su estructura es parecida a la de la LSD y la psilocibina, pero no tiene efectos psiquedélicos. Una dosis pequeña actúa como estimulante porque se une a los receptores opioides δ, pero si se toma una dosis más alta también se une a los receptores opioides μ, con lo que alivia el dolor y exhibe los efectos propios de las sustancias opiáceas (morfina). La cantidad de mitraginina que contienen las hojas depende de muchos factores, entre otros el lugar donde crece el árbol; los del sudeste de Asia suelen ser los que más contienen. El análisis de las hojas arroja un resultado de un contenido de entre un 1 y un 6 por ciento de mitraginina. La estructura química de la mitraginina incluye un núcleo triptamínico, lo que explica que el kratom tenga cierta actividad serotoninérgica y adrenérgica. En cualquier caso, lo que debemos señalar es que no hay demasiados estudios rigurosos sobre el kratom, y que por tanto no se conocen bien sus acciones sobre el organismo humano. Esto nos obliga a basarnos en gran medida en la experiencia propia y a tomar precauciones hasta conocer bien su efecto en nuestro cuerpo.
A pesar de lo dicho, un grupo de investigadores ha llegado a la conclusión de que el componente más significativo del kratom es la 7-hidroximitraginina, ya que, a pesar de encontrarse en cantidades mucho menores, es muy potente. Sea como fuere, es un asunto muy poco estudiado hasta este momento.
Para ser fieles a la verdad, se han encontrado alrededor de cuarenta sustancias activas en las hojas del kratom, y aparte de la mitraginina y la 7-hidroximitraginina, que ya hemos dicho que son los constituyentes principales, hay especiofolina, rincofilina, estipulatina, rausabina, mitrafilina, corinanteidina y otras. Por eso los efectos son distintos dependiendo de la variedad de que se trate, de su procedencia y de la persona que lo consuma. Todos los tipos de kratom tienen mitraginina, pero su porcentaje y la presencia de los demás alcaloides es muy variable. El contenido en alcaloides es distinto dependiendo de la localización geográfica, pero también en el mismo árbol, dependiendo de la estación del año. Estos factores han llevado a clasificar diferentes variantes geográficas dentro de la misma especie, Mytragina especiosa.
Como hemos dicho, sus efectos son muy variables, e incluso el mismo tipo de kratom puede tener un efecto distinto en una misma persona, en momentos diferentes. Esto, que a algunos puede resultar molesto (quienes gustan de efectos predecibles), es agradable para quienes buscan que cada experiencia psicoactiva sea única.
Efectos del kratom
El kratom tiene la peculiar característica de que su efecto difiere cualitativamente dependiendo de si se consume una cantidad baja o alta. Una dosis baja o moderada normalmente tenderá a ser estimulante, mientras que una dosis elevada suele ser sedante. Esto se debe no sólo a su compleja composición, sino a que sus alcaloides tienen efectos tanto estimulantes como tranquilizantes. Por supuesto, la idiosincrasia del usuario también puede ser importante. En el efecto influye también la variedad que se consuma: el kratom de vetas rojas tiende a ser tranquilizante, mientras que el de vetas blancas tiende a ser estimulante.
El efecto estimulante se caracteriza por un mayor estado de alerta, más energía física y en ocasiones sexual. Hay una mayor capacidad para realizar trabajos físicos, y el individuo se siente con más ganas de hablar, más amistoso y sociable. En resumen, aumenta la energía y a la vez la persona se siente completamente normal, sin ninguna sensación de estar drogada, excepto la inusual sensación de bienestar.
El efecto tranquilizante se caracteriza por una menor sensibilidad al dolor físico o psíquico, un ánimo calmado, una sensación de placentera comodidad, e incluso llegar a caer en un estado de agradable ensoñación. Igual que sucede con los opiáceos, se puede experimentar picor en algunas zonas del cuerpo y las pupilas pueden contraerse. Puede llegar a experimentarse náuseas, que ceden si el individuo se tumba y se relaja. Muchos usuarios se acuestan con la luz apagada y entran en el estado intermedio entre el sueño y la vigilia característico del opio. Hay una sensación de calor interno, una desconexión de la mente respecto del cuerpo, una aceptación de la propia persona y una ralentización de la respiración sin llegar a los extremos posibles en los opiáceos, que en caso de sobredosis pueden producir la muerte por asfixia.
Pueden también aparecer alteraciones visuales, que en ningún caso llegan a las propias de los psiquedélicos. Sea cual sea la variedad, hay un efecto analgésico, y de hecho constituye una alternativa al consumo de opiáceos para esta indicación, con la ventaja de que no tiene algunos de sus efectos secundarios, no afecta al impulso sexual, no desarrolla tanta tolerancia y dependencia y no causa tanto estreñimiento como estos fármacos.
Se ha utilizado para mejorar el ánimo y para reducir la ansiedad, es decir, como antidepresivo y ansiolítico. Sin embargo, no se ha estudiado bien en este sentido y se necesitan más investigaciones al respecto.
Otra aplicación, que ya detectaron los antiguos consumidores tailandeses, es la de ayudar en los problemas de dependencia del opio y de opiáceos, así como la eliminación de los síntomas del síndrome de abstinencia, hasta el extremo de que puede utilizarse para acabar con la dependencia de estas sustancias. Uno de los alcaloides, la rincofilina, es un antagonista NMDA que puede ser la causa de que el kratom sirva para evitar el desarrollo de tolerancia a los opiáceos, así como para mitigar el síndrome de abstinencia, como explicaremos más adelante.
En la siguiente entrega trataremos con más detalle esta indicación del kratom. Aparte de las fuentes de información habituales, partiremos de las experiencias personales de nuestro amigo Franzicuro y de las interesantes conclusiones expuestas en el portal Kationic Kratom (https://kationickratom.com/lovingkratom/), dirigido por estudiantes de bioquímica, y que dispone también de tienda on line https://kationickratom.com/kkshop/es/. Les agradecemos las muestras que nos han enviado para comprobar los efectos de algunas variedades de kratom.
Referencias
– Wikipedia. Entrada “Mitragyna speciosa” (https://en.wikipedia.org/wiki/Kratom).
– Erowid. Plants – Kratom (https://www.erowid.org/plants/kratom/).
– Zamnesia – Kratom (https://www.zamnesia.es/content/category/6-kratom).
– Kationic Kratom (https://kationickratom.com/lovingkratom).
Acerca del autor
]. C. Ruiz Franco es licenciado en Filosofía y DEA del doctorado de la misma carrera, cuenta con un posgrado en Sociología y otro en Nutrición Deportiva. Se considera principalmente filósofo, y es desde esa posición de pensador como contempla el mundo y la vida. Se interesa principalmente por las sustancias menos conocidas, y sobre ellas publica mensualmente en la revista Cannabis Magazine.