Richard Wagner, ya comentado en un artículo de número anterior de Cannabis Magazine, no fue el único compositor que consumía cannabis

Otro ilustre compositor consumidor de cannabis fue Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), músico austriaco y escritor de múltiples obras musicales. A Mozart le encantaban los bombones de cannabis así como a sus amiguitas (Broeckers, 2002). Otro personaje de la misma época fue Adam Weishaupt (1748-1830) fundador de la orden Illuminati en cuyos ritos utilizaba cannabis.

A Mozart le encantaban los bombones de cannabis así como a sus amiguitas

La palabra Illuminati actualmente se utiliza para referirse a diversos grupos que reclaman un vínculo con los Illuminati bávaros del siglo XVIII. Son principalmente acusados de conspirar para controlar el mundo a través de gobiernos y empresas para establecer un Nuevo Orden Mundial. Los Illuminati son los protagonistas de las más conocidas y elaboradas teorías de la conspiración. Los encontramos hasta en la sopa en los best seller de nuestros días. Se podría decir, de manera jocosa, que estuvieron implicados en la muerte del torero Manolete. Son el grupo político/económico/esotérico por antonomasia que se encuentra al acecho y en las sombras y que mueve los hilos del poder mundial. Esta descripción puede encontrarse en novelas, películas, programas de televisión, cómics, videojuegos y videos musicales (Goodman, 2006).

Un genio desde la niñez

La vida de Mozart fue la de uno de los mayores genios de todos los tiempos. Desde muy temprana edad se reveló como un prodigio. A la edad de tres años comenzó a tocar; con cuatro años ya sabía tocar el piano; a los siete escribía sus composiciones y a los doce escribía óperas. Fue excepcional y compuso más de 600 obras. Muchos investigadores se siguen preguntando qué oculta su obra musical y porqué su muerte sigue rodeada de leyendas y misterios.

Fue influenciado desde pequeño por la masonería y el esoterismo en su obra. Ingresó oficialmente en la masonería el 14 de diciembre de 1784. En la obra El viaje del compañero la compuso para la iniciación en el segundo grado de su propio padre. Mozart tenía pensado crear su propia logia llamada “La Gruta”. Mozart padecía las injusticias y la falta de libertad de las circunstancias políticas dominantes y lo hizo en sus óperas. Quiso contribuir mediante la educación musical a mejorar la situación política.

Las claves musicales

Este genial artista tenía la capacidad de ver dentro de su cerebro una composición musical entera antes de escribirla. Según Mozart: “todo está compuesto aunque no escrito todavía”. Mozart pudo haber descubierto las claves musicales capaces de proporcionar un desarrollo sensible de la inteligencia en los niños e incluso paliar los síntomas de algunas enfermedades. Este es el llamado “Efecto Mozart” que se aplica a recién nacidos. La música de Mozart, según estudios recientes, tiene propiedades terapéuticas. Pero no toda la música de Mozart produce dichos efectos (en la función espacio-temporal). Sólo aquellas composiciones de frecuencia alta como la sonata para dos pianos en re mayor y los conciertos para violín 3 y 4 son recomendables para que produzcan efectos a nivel cognitivo. La música de Mozart está relacionada con la estimulación de la interioridad humana (al igual que el cannabis) que produce estados de distensión neuronal propicios para la creatividad. Su música induce a la concentración, la atención y la memoria, fundamental para el proceso de aprendizaje.

No se saben aún las causas de la muerte de Mozart, algunos autores opinan que fue envenenado por el envidioso músico italiano Antonio Salieri (tal y como aparece en la película oscarizada Amadeus), aliándose con Constanza, esposa de Mozart. Otros investigadores afirman que fue envenenado por Franz Holdenal. Otros afirman que murió de tisis complicado por una neumonía. Otros que fue una conspiración masónica ya que en la ópera la Flauta Mágica, Mozart saca a relucir muchos secretos masónicos. Pero otros consideran que esto es absurdo ya que Mozart fue masón hasta la muerte. Otros sospechan de los aristócratas vieneses sutilmente criticados por el compositor. Lo que es cierto es que murió a los 35 años. Mozart en el último año de su vida consumía excesivo alcohol y bebía más que comía.

La Flauta mágica

Compuso piezas para rituales de masonería para poder entrar en ella. Sus tres últimas sinfonías ocupan un tríptico dedicado a la iniciación. Su mayor homenaje a la masonería fue la Flauta mágica compuesta en 1791, el mismo año que murió.

La Flauta mágica fue la principal obra musical masónica de Mozart. En ella las notas musicales guardaban una especial simbología ofrecida principalmente por algunos instrumentos. Resume la iniciación a través de los elementos naturales (tierra, aire, agua y fuego). Así se inicia el conocimiento de la naturaleza. Cuando escribió la Flauta mágica la masonería no pasaba por un buen momento. En 1781 el emperador José II prohibió a este grupo y a los Illuminati de Baviera. La Flauta mágica encubría bajo una inocente fábula las claves del itinerario masónico y que permanecería oculta para luego ser rescatadas en tiempos venideros. Se quería que fuera expuesta en diferentes capitales europeas y que los masones reconocieran y reafirmaran sus valores. El argumento de la obra gira en torno a un príncipe Tamino y su búsqueda de la Reina de la Noche. Al comienzo Tamino viste con ropajes japoneses. El príncipe se ve amenazado por una serpiente que es eliminado por tres damas enviadas por la Reina de la Noche. Aparece el pajarero Papageno que intenta llevarse el mérito de haber salvado al príncipe y las damas le castigan tapándole la boca (Mozart et al., 1991).

Mozart conocía el escrito sobre los misterios eleusinos (1776) de Christoph Meiners, filósofo e historiador de la religión de Gotinga. Éste inspiró a Adam Weishaupt a la fundación de la orden de los Iluminados. Creía que mediante una paulatina transformación pacífica se conduciría al mundo del despotismo a la libertad.

Origen de los Illuminati

En la segunda mitad del siglo XVIII, la población de la región de Baviera (Alemania) era de mayoría católica y contaba con una aristocracia ampliamente asentada. La ciudad de Ingolstadt estaba ubicada en las orillas del Danubio, a unos 70 kilómetros al norte de Munich. En aquellos años Baviera contaba con más de 25.000 iglesias para 40.000 habitantes, además de 19 conventos y monasterios. El poder de los jesuitas católicos era claro. A pesar de este talante religioso el ateísmo, la apostasía y el deísmo eran más frecuentes en Baviera que en cualquier otro lugar de Europa.

Estudiaremos la figura de Adam Weishaupt que es considerado como uno de los más grandes exponentes del ateísmo y como el máximo conspirador de todos los tiempos. Su figura, dependiendo del autor, es la de un inspirador para el mundo o la de un maquiavélico personaje. Era profesor de derecho canónico en la universidad de Ingolstadt. Estaba estudiando para hacerse sacerdote jesuita pero no llegó a hacer los votos. Pero no decayó su interés por la teología jesuita. Otra influencia importante en su vida fue la del mercader danés Franz Kolmer. En su trayecto a Francia y Alemania, hacia 1770-1773, Kolmer se encontró con Cagliostro en la isla de Malta, antigua sede de los caballeros templarios. Cagliostro, el futuro revolucionario francés, se involucró entonces en actividades masónicas, así como también lo hicieron Giovanni Giacomo Casanova (el célebre amante veneciano) y el misterioso conde de Saint-Germain que también utilizaba en sus productos alquímicos el cannabis. Fue Franz Kolmer quien transmitió sus conocimientos secretos, introdujo en las prácticas mágicas de Egipto y las doctrinas maniqueas a Weishaupt. La aceptación del calendario persa por los Illummati de Baviera evidencia su respeto por los antiguos misterios de Mesopotamia. El estudio profundo de los secretos de Kolmer y del conocimiento que poseía de los jesuitas fue la base para que Weishaupt estableciera una estructura piramidal para sus iniciados, situando a personas claves dentro de los nueve grados superiores. Para sus compañeros de los Illuminati, Weishaupt era conocido por su nombre de iniciación, Espartaco, en memoria del esclavo que lideró la famosa revuelta contra los romanos en el año 73. Weishaupt se veía a sí mismo como un nuevo héroe rebelde en contra del orden establecido (Aranzibia, 2010).

Weishaupt estudió las enseñanzas del Viejo de la Montaña, el líder de los Hassasins (los Asesinos), una secta musulmana contemporánea de los templarios, que recibió este nombre porque, según algunas interpretaciones, para ponerse en contacto con lo divino, los miembros solían consumir hasish (hachís) para iluminarse. Probablemente, por esta razón, el mismo Weishaupt consumía esta sustancia para alcanzar la iluminación durante los rituales de la orden.

Giacomo Casanova
Giacomo Casanova

El llamado rito de los iluminados de Baviera contaba con trece grados de iniciación. Los Illuminati empezaron a utilizar a sus adeptos como consejeros de políticos, pero siempre desde una posición discreta sin salir de su anonimato. Las medidas adoptadas por aquellos beneficiaban a los Illuminati, que pretendían erradicar las condiciones sociales que fueran un obstáculo para conducir a los hombres hacia lo que consideraban su estado natural y de felicidad. Esta ilusión significaba eliminar a las monarquías y a la Iglesia, por lo tanto la orden pronto tuvo enemigos muy poderosos.

En julio de 1782, varias logias masónicas se reunieron con un grupo de Illuminati en el convento de Wilhelmsbad. Weishaupt aprovechó la ocasión para unificar y controlar todas las ramas europeas de la organización masónica. Hay que decir que sólo obtuvo un éxito parcial, ya que ni la Gran Logia de Inglaterra, ni el Gran Oriente de Francia, ni los teósofos del sueco Emmanuel Swedenborg le apoyaron. Frustrado por este resultado, uno de los seguidores más fieles de Adam Weishaupt, el barón Von Knigge, dimitió. Adam Weishaupt se sintió entre la espada y la pared; por un lado estaba acosado por los masones ingleses y por la otra, tuvo que soportar la traición de Joseph Utzschneider, que, después de salirse de los Illuminati, envió un documento a la gran duquesa María Anna de Baviera, advirtiéndola de que los Illuminati eran responsables de organizar una conspiración, con el fin de eliminar el cristianismo y las monarquías europeas.

El resultado de esta grave denuncia fue que, el 22 de junio de 1784, el duque y príncipe elector, Karl Theodor Dalberg prohibió el establecimiento de cualquier sociedad, fraternidad o grupo secreto no autorizado. La situación se hizo tan delicada que Weishaupt fue destituido de su cátedra universitaria y desterrado, aunque encontró refugio en la corte de uno de sus adeptos, Ernesto II, duque de Saxe, que le nombró consejero oficial y le encargó la educación de su hijo en Gotha (Sajonia). El resto de los dirigentes de la orden se salvó, refugiándose en la actividad de las logias masónicas europeas y americanas, antes de que, en mayo de 1785, comenzaran las persecuciones, detenciones y torturas de los miembros de menor rango de la organización (Goeringer, 2011).

En julio de 1785 Weishaupt sufrió un serio revés del destino. Durante la noche de 10 de julio de 1785, el abad Lanz, enviado de Weishaupt, fue alcanzado por un rayo mientras galopaba en medio de una tormenta. Los lugareños encontraron el cadáver y lo condujeron a una iglesia. Entre sus ropas encontraron documentos muy comprometedores para los Illuminati. Debido a este golpe de mala suerte, su conspiración se hizo pública. La orden desapareció oficialmente en 1785. Al publicar los documentos de los Illuminati, el emperador Francisco de Austria supo que todas las monarquías estaban en el punto de mira. Adam Weishaupt finalmente murió en Gotha el 18 de noviembre de 1830, renegando de su fe católica en el lecho de muerte.

Las intenciones de los iluminati

Adam Weishaupt fundó la orden de «Los Perfectibilistas», más conocida como Iluminados el 1 de mayo de 1776. Afirmaba que existía una iluminación racional, al margen y por encima de la fe, accesible a cualquier persona y capaz de conducir a una perfección superior. La orden manifestaba oponerse a la superstición, los prejuicios, la influencia religiosa sobre la vida pública, los abusos de poder del Estado y apoyaba la educación de la mujer y la igualdad entre los sexos. Su fundación tuvo lugar el día siguiente de la noche de Walpurgis, este día fue consagrado mundialmente festivo como el Día del Trabajo. El hecho que además el sello de los Iluminados aparezca con la fecha de 1776 en el dólar americano, asombra a aquellos que no saben que Washington fue tan masón como su rival Jefferson (Robison, 2014).

Desde el siglo XIV hasta finales del XVIII los masones, los templarios o los rosacruces subsistieron como sociedades secretas relativamente aisladas con una influencia limitada, hasta que el 1º de mayo de 1776 en Baviera (Alemania) Adam Weishaupt, catedrático de derecho canónico y que sabía mucho sobre el ocultismo, formó una nueva organización secreta.

Adam Weishaupt la describió como un Nuevo Orden Mundial. Esta hermandad se fundó inspirándose en una síntesis de las ideas centrales de sociedades secretas anteriores. Combinó los conocimientos y ritos secretos de los masones; el misticismo islámico, artes mortales y uso de hachís de la secta de los asesinos; así como la riqueza, poder, organización militar de los templarios. Adam Weishaupt le añadió sus conocimientos de ocultismo. El grupo formado se llamó los Illuminati, la traducción pública fue “inspirados intelectualmente” pero ya sabemos que ese nombre está directamente relacionado con nuestra planta amiga. El sello oficial de la hermandad era una pirámide mística sin acabar y un ojo encima con rayos de luz irradiando en todas las direcciones, el ojo representaba la clarividencia y la sabiduría de la hermandad iluminada que domina el mundo, toda esta simbología se puede observar en el reverso del billete de un dólar estadounidense. Tal vez no creamos en nada de estas teorías conspiranoicas pero sí que nos resulta curioso que la mayoría de historiadores y biógrafos pasen por alto el consumo de cannabis de Mozart y de Weishaupt.

BIBLIOGRAFÍA

Aranzibia, E.R.C. (2010). El mito de la revolución masónica: La verdad sobre los masones y la Revolución Francesa, los iluminados y el nacimiento de la masonería moderna. Ediciones Nowtilus SL.

Goeringer, C. (2011). The Enlightenment, Freemasonry, and The Illuminati. American Atheists, 27.

Goodman, R. (2006). El libro negro de los Illuminati. Ediciones Robinbook.

Mosquera, J. L. y Pedrero, M. (2009). Las claves ocultas del poder mundial: Club Bilderberg. Masonería. Bin Laden. Fidel Castro. CIA. ETA... Edaf.

Robison, J. (2014). Proofs of a Conspiracy against all the Religions and Governments of Europe, carried on in the secret meetings of Freemasons, Illuminati and Reading Societies. Wermod and Wermod Publishing Group.

Mozart, W. A., Schikaneder, E., Östman, A., Järvefelt, G., & Olofsson, T. (1991). La flauta mágica. Orbis.

Acerca del autor

Isidro Marín Gutiérrez nació en la ciudad de Huelva en 1975. Es Doctor en Antropología Social y Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología. Ha publicado 29 artículos en revistas científicas, 18 libros y 15 capítulos de libros. Entre sus múltiples publicaciones e investigaciones