Comprendiendo la conductividad eléctrica y su impacto en la calidad y producción de cannabis

En este artículo trataré un tema que más de una vez me ha llevado a debate con diversos cultivadores, incluso con algunos bastante experimentados. Se trata de la tolerancia a la salinidad en el cultivo de cannabis, es decir, de la mayor o menor capacidad de una planta o variedad determinada para tolerar una EC elevada. Para tratar este tema haré un breve repaso de algunos conceptos básicos de la calidad del agua, como qué es la conductividad eléctrica y cómo influye en el cultivo de cannabis.

La salinidad y la conductividad eléctrica

El agua pura, como ya sabrás, es un mal conductor de la corriente eléctrica. Sin embargo, ya sea en la naturaleza o en el ámbito del consumo humano, normalmente no disponemos de ella como tal, sino que tenemos acceso a una solución acuosa que lleva disueltas diversas sales. A medida que el contenido de éstas aumenta, también lo hace la capacidad de la solución para conducir la electricidad. Por esta razón los autocultivadores de cannabis (aunque también los agricultores en general) medimos la salinidad del agua en términos de conductividad eléctrica.

Este parámetro es de suma importancia, ya que si la conductividad eléctrica es demasiado baja, lo más probable es que las plantas sufran carencias por mucho que les estemos suministrando los nutrientes que necesitan y, si es demasiado alta, podrían sufrir excesos o bloqueos en la absorción de determinados nutrientes.

Consecuencias negativas de una EC elevada

La calidad del agua empleada para el riego es uno de los factores que puede llegar a determinar el éxito o el fracaso en un cultivo. Al medir la EC lo que hacemos es evaluar el potencial que tiene una determinada solución para depositar sales en el sustrato, es decir, si utilizamos un agua de riego con una conductividad eléctrica elevada, estaremos aumentando el riesgo de que éste se sature de sales. Esta condición puede llegar a causar en las plantas una serie de consecuencias negativas que se engloban dentro de lo que se conoce como estrés salino.

Las reacciones que produce una elevada salinidad en el entorno radicular son de varios tipos. En primer lugar, un exceso de sales suele conllevar en muchos casos un estrés osmótico, es decir, una deshidratación causada como efecto de la ósmosis. Las células vegetales absorben agua y nutrientes por este mecanismo, que es un fenómeno físico por el que estos atraviesan las membranas semipermeables de la superficie radicular desde el lugar donde la concentración de sales es menor hacia donde ésta es mayor. Por tanto, si la concentración de sales de la solución del sustrato es demasiado elevada, las plantas perderán agua y nutrientes en lugar de absorberlos. Cuando esto sucede, se produce una pérdida de turgencia en las células a causa de la expulsión del agua contenida en la vacuola (parte de la célula que contiene fluidos). A este suceso se le conoce como plasmólisis y puede provocar la separación de la pared celular y la membrana plasmática. Cuando esto ocurre, hablamos de plasmólisis permanente, ya que el daño causado es irreparable y conlleva la muerte de la célula.

En segundo lugar, otro de los problemas derivados de una EC demasiado elevada es un posible estrés iónico, que refiere al efecto causado por la excesiva absorción de un elemento determinado. Cuando una planta absorbe y acumula en sus tejidos concentraciones superiores a su nivel de tolerancia de un elemento específico, sea o no un nutriente, pueden llegar a producirse alteraciones fisiológicas evidentes por la toxicidad de éste, a las cuales llamamos “excesos” habitualmente en el autocultivo de cannabis. Asimismo, la presencia excesiva de ciertas sales minerales en el sustrato puede causar un desequilibrio nutricional si estos elementos presentan una interacción de antagonismo con otros, es decir, puede que el exceso de un nutriente bloquee la absorción de otro.

A nivel práctico, todos estos efectos negativos se traducen en un menor porcentaje de germinación, alteraciones y retrasos en el desarrollo, menor cantidad y calidad en la producción y menor resistencia a plagas y enfermedades.

En líneas generales, para evitar las posibles consecuencias de una EC elevada, debes emplear una fertilización acorde a cada fase del desarrollo. Asimismo, no es aconsejable germinar las semillas en mezclas de sustrato de mala calidad o que lleven nutrientes para todo el ciclo (crecimiento y floración). Los parámetros óptimos para el riego en el autocultivo de cannabis se sitúan en torno a 0,8 y 1,2 mS para la etapa de crecimiento, yendo en aumento de forma progresiva, y entre 1,2 y 2 mS, para la etapa de floración.

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Utilizar agua de buena calidad para regar es fundamental para obtener un buen resultado, no obstante en algunos puntos de España, el agua que sale del grifo tiene una EC demasiado elevada para el cultivo.

Calidad del agua en España

Según un estudio realizado por Green Peace y titulado “Agua, la calidad de las aguas en España, un estudio por cuencas”, nuestras aguas presentan una calidad muy deficiente, siendo la contaminación el factor más influyente en la pérdida de recursos hídricos. Aunque la calidad del agua depende de varios factores, por razones prácticas nos centraremos en la dureza del agua, ya que éste es el parámetro del que más información hay, dada su influencia en el ámbito doméstico. Además, como a medida que aumenta la dureza del agua, también lo hace la EC, nos servirá para tener una aproximación de la calidad del agua de riego para el cultivo de cannabis. Debes tener en cuenta, no obstante, que un agua blanda también puede presentar una EC elevada debido a la presencia de sales que no contribuyen a la dureza, como por ejemplo el sodio. La distribución del agua en España en términos de dureza de la misma, a muy grandes rasgos, sería la siguiente: entre dura y muy dura en toda la vertiente mediterránea y zona sureste en general y en los archipiélagos canario y balear, y entre blanda y muy blanda, en la zona interior y norte en general.

La tolerancia a la salinidad

La salinidad es uno de los grandes problemas a los que se enfrenta la agricultura moderna a nivel mundial. Aunque el sodio y el cloro son los elementos predominantes en la mayoría de suelos salinos, también hay zonas donde el calcio, el magnesio, el hierro y otros elementos causan problemas de este tipo. El exceso salino suele darse de forma natural en las zonas áridas, pero las actividades humanas, como la fertilización o el uso de aguas de mala calidad para el riego, contribuyen notablemente a la salinización del suelo.

A estas alturas del artículo es bastante probable que te estés preguntado qué tiene que ver todo esto con la genética y en qué influye la calidad del agua en España en la crianza del cannabis. Pues bien, en lo referente a la genética, dada la importancia de este fenómeno y la tendencia al aumento de la superficie de los suelos salinizados, los expertos en agronomía y en mejora vegetal llevan años investigando cómo mejorar la tolerancia a la salinidad de las variedades cultivadas mediante la selección de genotipos que muestren gran resistencia a esta condición. Asimismo, también están trabajando en la identificación de los genes que codifican esta característica tan deseable para aislarlos mediante el empleo de técnicas de ingeniería genética. En cuanto al tema de la calidad del agua, dada la gran variación que existe en el nivel de EC del agua del grifo dependiendo de la zona de España en que nos encontremos, existe la posibilidad de que haya determinadas variedades de cannabis que respondan de forma distinta según la calidad del agua del lugar donde se cultiven.

Aunque lo más aconsejable para el autocultivo es el uso de agua destilada u osmotizada (o mineral en su defecto), no todos los cultivadores pueden o están dispuestos a realizar esta inversión. Por tanto, si vives en una zona donde la EC del agua de riego sea especialmente elevada, lo ideal, ya sea para autoabastecerte de esquejes o para hacer semillas, es que escojas plantas que toleren con facilidad esta condición. De igual modo, si tienes pensado comercializar tus semillas, también sería ideal que las testearas en este sentido.

El agua de la ciudad donde vivo sale del grifo a una EC de entre 1,2 a 1,4 mS, por lo que siempre selecciono para el cultivo o la crianza variedades que resistan elevados niveles de sales, ya que al añadir fertilizante estos se disparan. Hace relativamente poco estuve colaborando en un proyecto de breeding en el testeo de las variedades. Una de ellas mostró en algunos casos una sensibilidad bastante alta a una EC elevada, rasgo que salió a luz cuando se cultivó con agua del grifo del área metropolitana de Barcelona (EC de 1,2 mS, aproximadamente, sin añadir fertilizante) y que había pasado desapercibido cuando se testeó en la zona noroeste de la península con el agua del grifo de allí (EC de 0,6 mS aproximadamente si adición de nutrientes).

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Actualmente estoy seleccionando algunas madres para cultivar el resto de año y también las estoy sometiendo a esta clase de pruebas para determinar su resistencia. Para ello, he puesto a germinar directamente las semillas en una solución nutriente que tenía una EC de 1,8 mS y las he mantenido así durante la etapa vegetativa que se ha llevado a cabo en hidroponía. Obviamente, algunas no germinaron pero otras sí, y de entre ellas seleccionaré las más resistentes, ya que las hay que han mostrado excesos y las hay que muestran un gran vigor, a pesar de haber sido germinadas y mantenidas en vegetativo a este nivel de EC.

En resumen, aunque lo más aconsejable es mantener los niveles de EC dentro de los parámetros recomendados para el cultivo de cannabis, hay ciertas zonas donde si nos abastecemos de agua del grifo esto será imposible. En el caso de Barcelona, por ejemplo, si el máximo aconsejado para el crecimiento es una EC de 1,2 mS y ésta ya es la EC a la que está el agua del grifo, en teoría, no se podría fertilizar durante el crecimiento. Aunque debo admitir que muchas variedades muestran excesos al someterlas a este nivel de sales, lo cierto es que también hay muchas otras que muestran una gran resistencia, por lo que éste es otro de los criterios que utilizo a la hora de hacer una selección de los parentales.

Espero que te haya gustado el artículo y que pueda serte útil tanto en el cultivo como en la selección de parentales.

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Acerca del autor

Fabini de Caprius
Ante todo deja que me presente si no me conoces todavía. Soy Fabini De Caprius, fumatín, internauta y activista cannábico. Hace más de 12 años que estoy metido en todo este tema de la Marihuana, y aunque siempre he estado en las sombras, he decidido que ahora era el mejor momento para hacerme ver.